El ya famoso 'incidente de la peineta' ha vuelto a sacar a debate los aparatos que están permitidos llevar en un coche para controlar la velocidad y los que no. Timothy Hill, un hombre británico de 67 años, ha sido condenado a ocho meses de prisión por hacer una peineta hasta en tres ocasiones diferentes a una misma cámara de velocidad en North Yorkshire, radar del que intentaba zafarse por medio de un inhibidor de frecuencia, utensilio totalmente prohibido.
Consciente de ello, tras sus tres peinetas el conductor decidió arrojar el inhibidor al río, pero la policía británica lo encontró, por lo que a Hill no le quedó más remedio que declararse culpable. Además de los ocho meses de cárcel que ya ha empezado a cumplir, le han retirado el carnet durante un año por llevar este dispositivo.
Tras viralizarse la noticia, la Guardia Civil ha aprovechado para recordar una circunstancia que podría pasar desapercibida: en España, tanto inhibidores como detectores están prohibidos, y son duramente castigados.
Llevar en tu cocheDetector de radar?200€ y 3 puntosInhibidor de radar?6000€ y 6 puntosSólo benefician al que te pone en peligro#SaleMásRentableCumplirLaNormapic.twitter.com/a1KAvn1dBJ
— Guardia Civil ???????? (@guardiacivil) 7 de mayo de 2018
Los avisadores, el único objeto legal de este tipo
Como apunta la Guardia Civil en redes sociales, utilizar un detector de radar supone una multa de 200 euros y 3 puntos del carnet. La sanción para los inhibidores es mayor, ya que en este caso no solo se condena su uso, sino también el mero hecho de llevarlo en el coche: 6.000 euros y 6 puntos del carnet es el castigo.
Los inhibidores detectan las señales de radares y anulan su funcionamiento, por lo que el radar no puede registrar la velocidad a la que va el vehículo que porta este aparato. Dan vía libre, pues, a que el conductor supere el límite permitido. Siempre han estado ilegalizados.
La ilegalización de los detectores, por el contrario, data de 2014, con la nueva ley de tráfico. Los detectores localizan los radares fijos y móviles captando su frecuencia. En ese momento, avisa al conductor de la presencia de un radar próximo para que aminore la velocidad. La capacidad que tiene este dispositivo de detectar las ondas puede incluso ayudar al conductor a eludir controles de alcoholemia, uno de los motivos de su prohibición. Curiosamente, a pesar de ser ilegales, se siguen vendiendo en España sin mayor problema.
Llegados a este punto, el conductor solo puede contar con el apoyo de los avisadores. Su función es parecida a la de los detectores, informar sobre los radares próximos. Sin embargo, los avisadores utilizan una base de datos con el listado y ubicación de los radares fijos, que la Guardia Civil se encarga de publicar en su página web. La participación ciudadana también es fundamental en su funcionamiento, ya que se registran aquellos radares móviles que han ido detectando los usuarios. Al no interferir en la frecuencia ni en las señales del radar, su uso es totalmente legal y recomendable.
Por tanto, si todavía tienen en sus vehículos algún detector de radares, no lo usen. Si lo que tienen es un inhibidor, desháganse de él. Todo sea por no terminar como Timothy Hill.