'Lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico'. Bajo este título, Greenpeace ha elaborado un informe en el que denuncia el deshielo del Círculo Polar Ártico, algo que afecta a ecosistemas y ciudades de todo el mundo, dentro de una campaña que han firmado 20 personalidades entre las que se encuentran Ricardo Darín, Clara Lago, Alejandro Sanz, Elena Anaya e Inma Cuesta.
El informe alerta de que el ecosistema ártico se calienta a una velocidad el doble de veloz que el resto de regiones del mundo. Según las conclusiones a las que han llegado numerosos científicos, la pérdida del manto de hielo provoca cambios en los océanos, en el aire y en la temperatura del hemisferio norte, de modo que aumenta el nivel del mar, los veranos son más lluviosos y, el clima, más extremo.
Entre 1901 y 2010 el nivel del mar aumentó una media de 0,19 metros como consecuencia del deshielo del Ártico, en una dinámica que viene acelerándose desde mediados del siglo XIX. Greenpeace prevé que las zonas templadas y tropicales sean las más afectadas en este sentido, punto que concierne a España especialmente. Por ello, la organización ha elaborado montajes fotográficos en los que muestra cómo quedaría el planeta si desapareciese el Polo Norte y uno de los lugares elegidos es Sevilla, donde se observa cómo el Guadalquivir quedaría convertido en un solar seco.
Los otros lugares elegidos son Londres, Miami, la Gran Muralla china, los campos de arroz de Asia y un bosque ártico.
Entre los años 2000 y 2010 se han registrado récords de temperaturas en Europa, Norteamérica, oeste de Rusia y Australia. Esto implica desde veranosos más cálidos hasta otoños más lluviosos, y es una causa indirecta de otros desastres como incendios o la pérdida de cultivos, así como catástrofes naturales. En Norteamérica, por ejemplo, se ha manifestado durante los últimos años en forma de temperaturas muy frías y nevadas mucho más fuertes.
¿Estamos a tiempo de evitar la destrucción del Ártico?
Greenpeace denuncia que se esté perdiendo la diversidad natural del Ártico, que en última instancia también afecta a las personas. Para frenar la vorágine del deshielo reclama medidas como la instauración de un 'techo' máximo de 2º C en el calentamiento derivado de los gases del efecto invernadero, lo que requiere reducir un tercio el uso de las reservas de petróleo, la mitad de las de gas y el 80% de las de carbón en un plazo no superior a los próximos 40 años.
Por el momento, en el Acuerdo de París los países se comprometieron a establecer este techo en 1,5º C, eliminando de forma progresiva los combustibles fósiles hasta 2050. No obstante, la destrucción del ecosistema ártico es un problema a gran escala en el que también interviene la pesca agresiva y desastres como los vertidos de fluidos contaminantes.