Pese a que año tras año se sortean las semifinales con antelación y sin conocerse todas las canciones siquiera, lo cierto es que siempre ocurre lo mismo: hay una semifinal más light y otra que parece los 'Juegos del Hambre'.
Tel Aviv y su Eurovisión 2019 no iban a ser diferentes. Por ello, de cara a esta semana eurovisiva, la primera semifinal se ha quitado a todos los favoritos de encima según las apuestas de pago. A sabiendas de que en Eurovisión todo puede cambiar en un parpadeo, lo cierto es que entre los favoritos de las casas de apuestas habría que bajar hasta el puesto seis para ver un miembro de la primera semifinal, Australia.
Por ello, una semifinal así hay que leerla desde dos lecturas: la de venirse abajo por no tener 'favoritos', o la de saber que está tremendamente abierta y que puede pasar cualquier cosa.
Siendo una semifinal con un participante menos que la segunda por la retirada de Ucrania tras su polémica con MARUV, lo cierto es que salvando a cinco o seis países, muchos otros se encuentran en una tesitura que podrían entrar al sábado o no por mínimas diferencias. Dicho todo esto, vamos con las claves de una semifinal en la que puede pasar de todo.
Chipre busca huir de la mala fama
La candidatura de Chipre con Tamta es toda una incógnita para la semifinal después de conocer los ensayos. Lo que de inicio era una apuesta muy similar a la de Eleni Foureira, parece haberse caído al suelo por completo fruto de la afinación de la intérprete griega, que no ha resultado estar a la altura en los ensayos.
En lo que se conoce en el argot eurovisivo como un 'Car Crush', la delegación chipriota argumentó que varios problemas con los in-ears eran la causa de la baja afinación de Tamta, la que ha llegado hasta a salirse del top-10 en apuestas fruto de sus pruebas de sonido.
La solución la tendremos en una semifinal de la que era favorita a priori pero en la que puede cambiar la cosa bastante.
Australia y una puesta nunca vista
Si Chipre se ha caído un poco al llegar a Tel Aviv, Australia es todo lo opuesto. Tras la victoria de Kate Miller-Heidke en la primera final nacional de la historia de los aussies, una canción bastante buena se quedaba en nada fruto de una puesta en escena demasiado sobrecargada con una estructura que empañaba toda la capacidad vocal de la artista.
Sin embargo, de los errores se aprende, y la SBS ha sabido reconducir la situación a las mil maravillas llevando al festival un concepto radicalmente opuesto y muy novedoso. Gracias a tres pértigas para Kate y sus coristas, la australiana parece volar sobre un globo terráqueo sin sufrir un ápice con la afinación. Un resultado nunca visto y que la puede hacer tremendamente competitiva de cara al sábado.
Grecia ha vuelto
Llevábamos ya varios años sin ver un concepto definido por parte de la ERT griega. Encerrada en exceso en el sonido heleno, los tonos azulados y las columnas siempre en escena, Grecia no se abría a nada más, pero por fin lo ha hecho con Katerine Duska y su 'Better Love'.
Ofreciendo una de las puestas en escena más depuradas en vestuario, la canción guarda su marca personal en staging y voz, bien acompañada por una realización que no resta.
De esta forma, la televisión griega puede quedarse tranquila de conseguir llegar a la final tras el batacazo del año pasado con Yianna Terzi, así como poder, por qué no, conseguir un buen puesto el sábado.
Islandia y su revolución BDSM
La última gran nota de la primera semifinal de Eurovisión la van a poner los islandeses Hatari. Anticapitalistas, excéntricos y con una estética que no dejan a nadie diferente, su 'Hatrid Mun Sigra' ha conseguido entrar en una maraña de pop y baladas siendo verdaderamente diferencial.
Si bien su puesta en escena en Tel Aviv pueda pecar de estar algo sobrecargada, lo cierto es que tiene toda la pinta de que se ganarán un puesto en la final, con una propuesta valiente y que al espectador ocasional dejará con la boca abierta. Sin duda serán el toque de color (negro) de la semifinal.
Una galería de canciones alegres
Llevamos desde hace meses diciendo que Eurovisión 2019 es un mar de baladas y canciones lentas. Razón no le falta a esas opiniones, aunque por suerte la primera semifinal va a tener un poco más de movimiento.
Opciones como las de los checos Lake Malawi, la vuelta de Serhat con 'Say Na Na Na', el dance de Darude con Finlandia o la propia Tamta con Chipre serán opciones movidas para dar vida a la semi.
Entre todos, se jugarán diez billetes muy cotizados para la final del sábado, a falta de la traca final que supondrá la segunda final del jueves. La semana eurovisiva, oficialmente comienza.