El mundo de la moda lleva muchos años recibiendo quejas por el uso de modelos de extrema delgadez en sus desfiles y sus campañas. Además de poner en peligro la salud y vida de las trabajadoras, envían al mundo un modelo de belleza totalmente irreal y dañino. Ha costado, pero se empiezan a ver iniciativas que luchan contra el fomento de la anorexia entre las jóvenes, o incluso contra la propia enfermedad de las modelos que se ponen las prendas más exclusivas del mundo para salir a la pasarela.
Los grupos empresariales franceses Kering y LVMH han anunciado que van a poner límites en este sentido. Kering aglutina las marcas Gucci, Balenciaga, Stella McCartney, Bottega Veneta, Saint Laurent, Alexander McQueen y Christopher Kane, y LVMH a Christian Dior Dior, Louis Vuitton, Givenchy, Céline, Kenzo, Fendi, Loewe, Berluti y Pucci. Ambos grupos han firmado una nueva normativa, mediante la cual no podrán desfilar con su ropa modelos femeninas con una talla 32 o inferior (la llamada "talla cero"), y en hombres, lo mismo con la 42. Por tanto las tallas mínimas son la 34 y 44, respectivamente, que se alejan de la diversidad más real de tallas que corresponde a personas adultas, pero que se mantiene en unos mínimos de salud. Antoine Arnault, miembro del Consejo de Administración de LVMH declaraba a Afp que "algunos creadores hacen sus propios prototipos en 32. Eso se acabó, las tallas serán desde ahora a partir de la 34, que ya es bastante pequeña".
Otra de las normas que han aprobado es que sólo trabajarán con modelos a quienes se aya aprobado "un certificado médico válido probando su buena salud y habilidad para trabajar, que tiene que haber sido obtenido seis meses antes de show o la sesión de fotos". Ésto tiene que ver con una normativa aprobada en Francia en el año 2015, donde se exige que los y las modelos tengan un peso saludable aprobado por un médico. Una medida que no es de extrañar en un país donde se calcula que un 1% de la población puede desarrollar anorexia nerviosa a lo largo de su vida.
El respeto a la salud y a las menores de edad
También se han comprometido a evitar que las modelos más jóvenes se expongan a riesgos y abusos en la industria de la moda. Primero, los chicos y chicas menores de 16 años no podrán desfilar ni posar en sesiones de fotos donde parezcan adultas. Esto rompe con la sexualización de las menores de edad, a las que se les conoce como "lolitas". También, los y las modelos menores de 18 años no podrán trabajar de noche, y tendrán que ir acompañados siempre de un tutor legal, como sus padres.
Tanto Antoine Arnault como François-Henri Pinault, presidente de Kering, esperan que otras firmas tomen ejemplo de esta iniciativa, ya que buscan garantizar "el bienestar de las modelos", y también de las figuras masculinas que se dedican a esta profesión. Todo esto ha coincidido con el inicio de la semana de la moda en Nueva York, donde las mejores firmas del mundo se dan cita para mostrar sus colecciones para la temporada primavera/verano 2018.