El popular servicio de mensajería WhatsApp siempre ha presumido de privacidad, con el siguiente lema: "Solo tú y el receptor podéis leer lo que se envía. Ni siquiera WhatsApp lo puede hacer".
Sin embargo, parece que, al menos en Europa, esta frase podría ser algo del pasado. Así al menos sucederá si prospera la iniciativa que ha planteado recientemente la ministra del Interior británica, Amber Rudd, que ha solicitado a WhatsApp el acceso a todas las conversaciones que mantengan todos sus ciudadanos dentro de la popular aplicación de mensajería.
Mientras WhatsApp elude pronunciarse, quien también se ha manifestado a favor de esta medida ha sido la propia Unión Europea, que estudia la manera en la que pueden hackear la aplicación para acceder a todos nuestros mensajes y así "garantizar la seguridad de los europeos".
Todo ello sucederá, si la iniciativa prospera y entra en vigor, en junio. Para ello, la comisaria de Justicia de la UE, Vera Jourova, ha anunciado que estudia "tres o cuatro opciones" entre las que se incluirán leyes de obligado cumplimiento y acuerdos voluntarios con las compañías.
Sin embargo, aseguran que el "agujero de seguridad" solo será accesible para las instituciones gubernamentales, entre las que se encuentran la Policía y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Todo esto se haría efectivo en España, cuando en abril de 2018 dejemos de tener una ley de Protección de Datos nacional para ceñirnos a la europea. Por lo tanto, desde Bruselas se decidirá siempre cómo debe de gestionarse nuestra privacidad.
Argumentos para todos los gustos
La polémica decisión de la Comisión Europea ha generado el tradicional debate entre privacidad y seguridad.
Los que se muestran a favor se centran en el atentado de Londres -todo ello recuerda al recorte de libertades que se vivió en 2001 tras los atentados en el Word Trade Center-, y aseguran que el ataque se podría haber detenido si los agentes hubieran podido acceder a las conversaciones de los terroristas. Al parecer, Khalid Masood, el autor de la agresión, utilizó su WhatsApp tres minutos antes de arrollar con el coche a los viandantes que se encontraban en el puente de Westminster.
"Es absurdo tener una situación donde los terroristas hablan unos con otros en una plataforma cotidiana y no poder acceder a ella", ha asegurado la ministra del Interior británica, Amber Rudd, tras calificar como "inaceptable" esta situación.
A esta petición de Reino Unido, se han sumado Alemania y Francia, que aseguran que deberían acceder legalmente a estos servicios al igual que pueden recopilar informaciones sobre una llamada telefónica.
No todos comulgan con esta iniciativa. Sobre la idea de que un Gobierno europeo pueda acceder a todas tus conversaciones, pesa también el auge de la extrema derecha en varios países del viejo continente. ¿Nos gustaría que un gobierno como el de Marine le Pen pudiese acceder a nuestra privacidad? No olvidemos que sus escoltas llegaron a agredir a un periodista por, simplemente, realizarle una pregunta incómoda, por lo que todo podría entrañar un peligro para la libertad de expresión y la privacidad. Y no nos olvidemos de Amanecer Dorado en Grecia.
Otro de los argumentos en contra versa sobre la pérdida de privacidad que ello implicaría ya que, a pesar de que son las autoridades las que acceden a nuestras conversaciones, aún no sabemos qué personas lo están realmente haciendo y bajo qué premisas pueden tener acceso a todo lo que hablamos. ¿Podría emplearse para ensuciar la campaña de un rival político? Todos hemos visto los mensajes que Pablo Iglesias ha escrito en Telegram sobre Mariló Montero, por lo que el uso de esta nueva normativa con fines, cuando menos, cuestionables, podría ser una amenaza para la democracia.
Abrir un agujero de seguridad entraña importantes riesgos
Si WhatsApp cede a las presiones europeas, también se enfrentaría a otro problema: está creando un agujero de seguridad al que otros podrían acceder.
"Si construyes una puerta trasera, esta se queda ahí para todo el que quiera entrar. Y si almacena los datos que recoge, incluso de una forma cifrada, ¿cómo de segura es?", se pregunta Tony Anscombe, portavoz de la firma de ciberseguridad Avast, en The Guardian.
El problema en todo ello, es que cualquier asociación con fines ilícitos podría acceder a ese agujero, bien a través de internet, o bien a través de algún funcionario que no esté del todo comprometido con su trabajo.
Mientras tanto, las instituciones europeas buscan que las compañías se vean obligadas a proporcionar los mensajes de los sospechosos que consideran convenientes.
Inglaterra, por el momento, podría haber accedido sin problema a las conversaciones del terrorista de Londres, puesto que cuenta con una legislación que otorga plenos poderes al gobierno para interceptar comunicaciones y hackear teléfonos, así como para obligar a las empresas de telecomunicaciones a eliminar "la protección electrónica aplicada [...] a cualquier comunicación de datos".
Tendremos que esperar hasta junio para que veamos si, finalmente, Europa termina aplicando esta medida. Y, de paso, esperar también a que WhatsApp se pronuncie oficialmente.