El convento en Azpeitia (Guipúzcoa) destinado a las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús pasará a convertirse ahora en vivienda pública para jóvenes que tengan la intención de emanciparse y abandonar sus hogares familiares.
Este convento había permanecido sin uso desde inicios del siglo XXI, y el Gobierno Vasco ha transformado todas las celdas en 48 mini pisos destinados a responder a la falta de vivienda de aquella población inferior a 36 años.
El centro empezó a perder vida religiosa ante la falta de vocación religiosa y finalmente la congregación decidió cerrarlo para poner final a casi un siglo de historia destinada a la beneficencia y la enseñanza. Se trataba de una residencia para las religiosas, pero también funcionó como escuela hasta 1987, cuando abandonó por completo esta utilidad.
Ante el abandono del edificio, el Ayuntamiento de la localidad adquirió en 2013 todo el complejo y cinco años después firmó un convenio con el Gobierno Vasco para construir alojamientos dotacionales, por la que se cedió gratuitamente en 2020.
En una importante obra desarrollada durante dos años, se ha renovado por completo una de las dos alas del complejo y se han construido 48 nuevos alojamientos. Del total, 31 de ellos solo tiene un dormitorio y los 17 restantes tienen dos habitaciones. Los más pequeños tienen 34 metros y cuentan con tres plantas en total. Además, se han ofrecido dos viviendas para personas con movilidad reducida.
Fin social
De este modo, se ha comprobado que la fórmula ha sido un éxito de cooperación. El Ayuntamiento adquirió un inmueble en desuso en su localidad, atendiendo a las necesidades de su población, para después establecer una cooperación con la administración autonómica que permitió adecentar el espacio para que fuera reconvertido en vivienda.
De este modo, se ha logrado preservar el edificio y la creación de 48 alojamientos en un contexto de crecimiento de los precios de la vivienda, cuando la demanda supera con grandes creces a la oferta disponible en estos momentos. El Ejecutivo vasco también pone el foco sobre ello, al recalcar que contribuye al descenso en el precio de la vivienda, responde a la necesidad habitacional de la población y permite la rehabilitación de edificios sin una utilidad definida en la actualidad.
Los residentes deberán pagar un canon mensual por sus viviendas que oscilará entre 150 y 350 euros para viviendas con un dormitorio y entre 180 y 420 euros para aquellas más amplias. En todo caso, se establece que la cuota nunca podrá superar el 30% de los ingresos familiares.
Todos los adjudicatarios comenzarán a instalarse en las viviendas tras su registro en el Etxebide (registro público del Gobierno vasco). Todos cumplen las condiciones establecidas: la unidad de convivencia no supera cuatro miembros, no tienen una vivienda en propiedad y cuentan con ingresos anuales ponderados no superiores a 42.315 euros. También se exige que, al menos, una persona esté empadronada en Azpeitia o los municipios de la comarca.
