El plazo termina el próximo lunes 16 de octubre. Esa es la tregua que tiene previsto dar el Gobierno central a la Generalitat de Cataluña para que cese de manera definitiva con sus planes independentistas. En el caso de que no lo acate, la vía parece clara: se aplicará el 155.
Desde el Ejecutivo de Mariano Rajoy, hay una premisa patente: evitar la repetición de las imágenes violentas con las que se impidió el reférendum ilegal del pasado 1 de octubre. Por todo ello, desde Madrid se insiste en que si se aplica el 155, deberá ser con "bisturí", con mucha mano izquierda y de la manera menos traumática posible.
La noticia llega tras la pregunta realizada al Govern en la que se requería conocer si se había declarado la independencia formal de Cataluña. La respuesta fue una fotografía en el Instagram del president en el que aparecía un peón de ajedrez moviendo ficha. Mientras tanto, en twitter, publicaba el siguiente mensaje: "Pides diálogo y te ponen el 155 sobre la mesa. Entendido".
Demanes diàleg i et responen posant el 155 damunt la taula. Entesos.
— Carles Puigdemont (@KRLS) 11 de octubre de 2017
Este mensaje llega en la línea del expresident Artur Mas, que afirmó que "si buscan una rendición humillante, no la van a tener". Una serie de mensajes contradictorios que han continuado la fuga de empresas que continuó a pesar de la suspensión de la declaración de independencia de manera inmediata en el pleno del pasado 10 de octubre.
Este es el punto débil del independentismo y desde La Moncloa se está explotando de la manera más fuerte posible. Cataluña ha dejado de liderar la subida del PIB español y si se consuma la fuga de empresas, podría provocar un éxodo de talento, una subida del paro y un empobrecimiento traumáticos.
Si todo ello no se frena, el Gobierno central ya ultima con los ministerios con el que intervenir Cataluña desde todos los frentes, es decir, desde el económico, fiscal e, incluso, desde los servicios sociales.
El plan parte desde la vicepresidencia del Gobierno, con Soraya Sáenz de Santamaría, a la que se encomendó el ministerio de Administraciones Territoriales con el fin de ejercer como interlocutora con el independentismo. Tras la fallida 'Operación Diálogo', ahora Santamaría advierte de que una respuesta afirmativa a la pregunta "¿ha declarado formalmente la independencia de Cataluña?" implicaría la inmediata aplicación del 155. No valdrá ninguna respuesta ambigua.
En cuanto a diálogo, el Gobierno central descarta por completo una mesa entre Generalitat y Moncloa. Desde Madrid, se insiste en que la comunicación debe pasar por la mesa territorial que el PSOE ha creado en el Congreso con el apoyo del PP. De esta forma, Rajoy consigue que el resto de formaciones se impliquen y, a la vez, se posicionen ante la opinión pública sobre una cuestión controvertida.