La tauromaquia es esa extraña tradición que aún perdura en una democracia avanzada del siglo XXI. España es un caso anómalo: mientras Europa debate sobre si abolirla definitivamente o no, en nuestro país se sigue promocionando e incluso financiando con dinero público todas aquellas actividades que promuevan la cultura de asesinar animales.
El argumentario esgrimido por sus partidarios es siempre el mismo: se trata de una "tradición histórica" que aún apoya la mayoría de la población. Sin embargo, la historia de la Humanidad nos ha demostrado que las tradiciones evolucionan y su mera existencia no significa que deban perdurar a través de los siglos. Y, si no, que se lo pregunten a la comunidad afroamericana esclavizada en Estados Unidos. También era "tradición" someter a seres humanos hasta que se luchó por su abolición.
Asimismo, la idea preestablecida de que "la mayoría de la sociedad" apoya la tauromaquia es algo que podría derivar en un interesante debate. Cada vez son más los ciudadanos sensibilizados con el sufrimiento animal y que piden el fin de esta práctica retrógrada y anclada en una época primitiva.
Sin embargo, en España existe un partido mayoritario que defiende a ultranza la divulgación y la matanza de toros para el placer ocioso de su público: el Partido Popular. Tal es su obsesión por promover esta "tradición" que el Gobierno de la Región de Murcia otorga 50.000 euros a la Escuela de la Tauromaquia mientras solo presupuesta 15.000 euros para frenar el acoso escolar. Es decir: matar animales es una prioridad; invertir en la educación es una "cosa menor", como diría Rajoy.
La prioridad del PP: fomentar la fiesta de los toros
El Gobierno Regional de Murcia ha destinado hasta 50.000 euros del dinero público para fomentar las actividades docentes de la Escuela de Tauromaquia de la región. Mientras tanto, la lucha contra el acoso escolar parece ser una prioridad menor: solo 15.000 euros se destinan a esta partida.
A esto hay que sumarle la escasez de fondos para materiales o el propio funcionamiento de los centros. En muchas ocasiones, las familias tienen que hacerse cargo de gastos como fotocopias o papeles.
Estos hechos han sido denunciados por el sindicato STERM Intersindical. El Ejecutivo murciano asegura que con esta partida se pretende "fomentar la fiesta de los toros y la afición por un espectáculo cargado de valores tradicionales, históricos y culturales con el fin de preservarla y transmitirla a generaciones futuras, en su condición de patrimonio cultural inmaterial". Con estos argumentos, defienden el sufrimiento animal.
Desde el sindicato acusan a los populares de estar obsesionados con promocionar una práctica que no es mayoritaria y que cada vez más un mayor porcentaje de la sociedad se muestra a favor de abolirla definitivamente. "Mientras 50.000 euros son destinados a la enseñanza de esta forma de maltrato y asesinato animal legalizado, la Consejería de Educación solo destina 15.000 euros para luchar contra el acoso escolar y fomentar planes de mejora de la convivencia escolar en los centros. Estas son las prioridades del Ejecutivo", denuncia STERM Intersindical.
Murcia, región pro taurina
En 2011, la región murciana proclamaba la tauromaquia como Bien de Interés Cultural. Asimismo, la televisión autonómica ha retransmitido cursos de torero para menores. Sin embargo, el pasado mes de julio se dio un paso más creando la "Mesa de la Tauromaquia". En ella se presentaban hasta 21 medidas que desarrollaría el Ejecutivo para promocionar la festividad del maltrato animal.
Con estas medidas se pretendía impulsar actividades dirigidas a fomentar las tradiciones taurinas entre la sociedad. Una de las más polémicas sería la implantación de cursos en la Formación Profesional para ser torero con posibilidad de ser subsidiados con una beca. Algo similar a lo que ya presentó en 2015 el Ministerio de Educación.
Además, se incluyen otras medidas como la oferta de becas para novilleros y alumnos de la Escuela de Tauromaquia; la creación de premios taurinos; el desarrollo de jornadas pro taurinas en municipios; exposiciones sobre el mundo de los toros; la celebración del XXXVII Congreso Nacional de Cirugía Taurina; la incorporación de la tauromaquia a un plan de fomento y promoción de las industrias culturales o la creación de una ventanilla única que facilite las gestiones de las celebraciones de este tipo, entre otras.
Sin duda alguna, los amantes de esta festividad arcaica disfrutan de la complicidad institucional y de las subvenciones públicas para poder desarrollar su actividad en Murcia. Resulta escandaloso que se prioricen estas actividades que promueven el maltrato animal sobre partidas vitales como las de Educación. Sin embargo, una mayor movilización ciudadana podría ser determinante para las futuras políticas sobre esta práctica.