El Gobierno ha cambiado drásticamente su postura con respecto a que los restos de Franco acabasen en la catedral de la Almudena. Si hace bien poco aseguraban que tenían "poco margen" para, una vez salidos del Valle de los Caídos, los restos de Franco descansaran en la tumba privada que la familia tiene en el centro de Madrid, hoy se amparan en la ley de Memoria Histórica para evitar su "enaltecimiento".
Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, tras reunirse con el número dos del Papa, Pietro Parolin, afirma que han llegado a un "compromiso" con el Vaticano para buscar una "solución" distinta a la Almudena: "su enaltecimiento es ilegal y el Gobierno no va a consentirlo (...) No pueden estar los restos de Franco en ningún lugar donde puedan ser enaltecidos, en ningún lugar donde puedan ser homenajeados porque está prohibido en nuestra legislación".
El artículo 15 señala que "las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura", por lo que el Gobierno afirma que, según la ley, "no somos responsables de la inhumación, somos responsables de que estén en un lugar donde no pueda ser enaltecido".
Pero el 12 de octubre Calvo hablaba de que no dependía de ellos y no podían "decidir a dónde van los restos. Estamos hablando de unos restos humanos, aunque sean de un dictador", además de que se "es un panteón privado de la familia Franco que compraron hace años".
Ahora la responsabilidad parece recaer en la Iglesia: "La catedral de la Almudena no es titularidad privada, es responsabilidad de la iglesia. El Estado, a través del Ejecutivo, debe garantizar que no se enaltece a Franco en ningún sitio, en ningún punto del territorio. Estamos todos sometidos a la ley".
El Arzobispado desmiente este "compromiso"
Fuentes cercanas a la Iglesia afirman que el Arzobispado de Madrid, dirigido por el cardenal Osoro, ha desmentido este acuerdo: "Lo que acordamos fue estar de manera conjunta tanto el Gobierno como la Iglesia católica para encontrar una salida que obviamente no puede ser la Almudena". Además, piden que se les deje de utilizar como "pelota en el juego político".
Este martes 30 de octubre, Carmen Calvo corrigió su "acuerdo" en una entrevista en la Cadena SER y afirmó que lo que a ambas partes llegaron es a cumplir la Ley de Memoria Histórica: "No me dijo que se opusiera a que Franco fuese enterrado en La Almudena. Tampoco nosotros se lo dijimos. (...) Dicho esto, si los restos van a un lugar donde es posible que se produzcan manifestaciones de enaltecimiento del dictador eso no es posible, eso no es factible. Tendrían que garantizar que en La Almudena no se va a producir una actividad que enaltezca la dictadura. No comprendo cómo la Iglesia no entendió desde el primer momento que esa situación se le planteaba".
Carmen Calvo cree que tanto el Gobierno como el Vaticano deben "trabajar de manera conjunta con la familia". Aunque desconoce "qué elementos de sus normas internas les permiten a ellos tomar decisiones en sus templos", si la familia decide finalmente enterrar a Franco en la catedral de La Almudena, "la Iglesia tiene que resolver el problema de cómo evitar los actos de enaltecimiento, tanto en el interior como en el exterior".
Aunque vicepresidencia afirma que desconoce "si el Vaticano se pondrá en contacto con la familia", la Iglesia afirma que la decisión final "corresponde al Gobierno y a la familia", por lo que parece que ambas partes no se ponen de acuerdo con los métodos.