El Gobierno de España ha indultado a un promotor inmobiliario condenado por estafar a varias decenas de familias. El indulto se hacía público en la mañana del 3 de enero, junto con otros once aprobados por el último Consejo de Ministros, en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Según este, José Manuel Magdaleno Hernández no cumplirá la pena de tres años y seis meses de cárcel e inhabilitación para actividades inmobiliarias a la que se la había sentenciado.
El promotor fue condenado por la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife en 2012 por estafa continuada en tres de las cinco promociones de viviendas que había llevado a cabo en la década de los 90. Su modus operandi era vender viviendas sobre plano a las familias, asegurando que pronto verían las edificaciones construidas. Como señal, pedía a los damnificados grandes sumas de dinero, asegurando que de esta forma se agilizaría el proceso. Sin embargo, ninguna de estas personas vio su vivienda construida y Magdaleno jamás les devolvería el dinero.
En su condena figura el agravante de delito de "ánimo de obtener ilícito beneficio a costa del patrimonio ajeno". Además, en ningún momento demostró que las viviendas no se construyeran por falta recursos, por lo que engañó a las familias a sabiendas de que sus viviendas nunca serían edificadas. De hecho, en algunos casos no existía proyecto de edificación y en otros no había pedido siquiera la licencia de obra. Lo único material que tenía el proyecto eran los planos con los que engañaba a sus víctimas.
Gracias a este indulto, el condenado ha visto su pena reducida a dos años de prisión, a condición de que pague las responsabilidades civiles fijadas (multa de nueve meses con cuota diaria de seis euros) y no vuelva a cometer delitos en el plazo de cuatro años. Con esta minoración de la pena, Magadaleno podrá volver a ejercer una vez haya cumplido con sus obligaciones civiles.
Doce indultos, cero explicaciones
Tal y como comentábamos, el Consejo de Ministros aprobó el 30 de diciembre once indultos, doce si contamos el de José Manuel Magdaleno Hernández. En ninguno de los casos se especificó los motivos.
En este grupo se incluye también el caso de un policía local de Caudete que falsificó un documento de puesta en libertad para un delincuente que se había escapado, un empresario que estafaba a sus socios con facturas falsas y un hombre que causó cicatrices en la cara a otro en una pelea en la puerta de un bar de Barcelona.