La crisis del coronavirus ha sido aprovechada por el Gobierno de Hungría para adoptar poderes extraordinarios de manera ilimitada. El Parlamento húngaro aprobó una ley que prolonga el estado de alarma de manera indefinida para luchar contra el COVID-19. El Gobierno del ultraderechista Viktor Orbán la ha sacado adelante con su mayoría de dos tercios, lo cual permitirá al Ejecutivo utilizar poderes extraordinarios y gobernar por decreto sin establecer un límite temporal y sin ningún control, tampoco parlamentario.
Numerosas organizaciones que velan por las libertades civiles han advertido de los graves riesgos para la democracia en Hungría, después de diez años en los que Orbán ha ido erosionando el Estado de derecho para acaparar más poder. Muchos ya consideran a este movimiento como el primer paso hacia una dictadura.
Aprovechando esta situación, el vice primer ministro húngaro, Zsolt Semjén, ha presentado un proyecto de ley que incluye una modificación de la normativa correspondiente al registro civil, para impedir que las personas trans puedan modificar sus datos registrales en razón de su identidad de género.
En la sección 33 del proyecto de ley presentado aparece una modificación de las leyes del registro civil para anular la posibilidad de cambiar el género en los archivos registrales. En el texto se puede leer que "es necesario definir el concepto de género al nacer" y que "dado que no es posible cambiar completamente el género biológico, es necesario indicar en la legislación que tampoco es posible cambiarlo en el registro".
Reconocimiento trans en Hungría
Fue el 1 de enero de 2018 cuando entró en vigor la ley que permite el cambio del género en los datos registrales. Según la normativa aún vigente, los ciudadanos húngaros pueden adaptar sus datos legales a su identidad de género, para lo cual necesitan un informe médico al respecto, aunque no están obligados a acreditar que se han sometido a tratamiento hormonal o cirugía de reasignación.