El Gobierno de la Comunidad de Madrid se ha visto obligado a suspender un espectáculo taurino con personas con acondroplasia (enanismo) que iba a celebrarse en la plaza de toros de Las Ventas el 8 de octubre en el contexto de la Feria de Otoño.
Desde la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid se ha alegado la escasez de entradas vendidas para anular el festejo, según apuntan desde el departamento dirigido por Enrique López. Concretamente solo se vendieron 37 localidades. Las entradas se vendían a un precio de 10 euros en la tarifa general para adultos y de 5 euros para niños y menores de 14 años.
Una de las condiciones del nuevo pliego de la emblemática plaza madrileña es que cada año se celebren dos espectáculos cómico-taurinos. Sin embargo, la "falta de concurrencia e interés del público" ha motivado que 'Popeye torero con sus enanitos marineros', hombre del espectáculo, no tenga lugar.
Espectáculo denigrante
El Comité Español de Representantes de personas con Discapacidad (Cermi) ya pidió la suspensión del evento. El presidente de la asociación, Luis Cayo Pérez Bueno, se mostró en desacuerdo al conocer que se había abierto la venta de entradas para un evento que "hacía mucho tiempo que no venía a Madrid, en un recinto que es propiedad del Gobierno madrileño".
Ha recordado que es la propia Comunidad de Madrid quien tiene las competencias en espectáculos, por lo que solicitó al ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso que actuara a la mayor brevedad posible para evitar que se denigre la imagen de las personas con discapacidad.
El director general de Derechos de las Personas con Discapacidad, Jesús Martín Blanco, ha mostrado su "rechazo absoluto" a este espectáculo. "Desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 mostramos nuestro rechazo absoluto a esa cultura que ridiculiza a seres humanos por su discapacidad. Por eso, prohibiremos este tipo de prácticas en la próxima reforma de la ley de discapacidad", ha recogido Servimedia.
"Ya hemos superado la España en blanco y negro, y un Gobierno no puede permanecer equidistante ante un espectáculo como el torero bombero, donde se legitima, en una plaza pública, que medir 1,30 es motivo de risa o de burla, trasmitiendo además esta tradición a niñas y niños que acuden a estos ruedos del horror a aprender a reírse del diferente", ha añadido.