El Gobierno de la Comunidad de Madrid modificará la normativa autonómica con el objetivo de permitir de forma explícita que las mujeres que aborten puedan enterrar al feto. La norma ha salido adelante con los votos favorables de PP y VOX, tras una proposición no de ley de la formación de Rocío Monasterio.
Con ello, se modificará la normativa en materia de gestión de residuos biosanitarios y citotóxicos para que los restos biológicos de los abortos se recojan en envases diferentes a los del resto de residuos. Ahora, dejarán de ser considerados residuos sanitarios para ser tratados como un cadáver o resto humano de entidad suficiente.
La encargada de presentar la propuesta ha sido la diputada de VOX Gádor Joya, que se ha referido a la interrupción del embarazo como "hijo muerto", lo que ha provocado críticas unánimes por parte de los partidos de la izquierda en la cámara.
VOX solicita en su propuesta que "los restos humanos del hijo muerto por aborto puedan ser reclamados por los padres y entregados a ellos" y que "antes de realizar un legrado o proceder a la provocación del parto de un feto muerto", se ofrezca a las familias "toda la información sobre el posible destino de los restos de su hijo de manera que puedan decidir libremente y con conocimiento respecto al tratamiento de estos".
El PP afirma que ha votado a favor de esta propuesta por una cuestión "técnica y de sensibilización" y "en cumplimiento de los derechos de los ciudadanos". La diputada popular Ana Dávila, exviceconsejera de Asistencia Sanitaria, ha indicado que dentro de la política de "humanización" de la Consejería de Sanidad, se ha recomendado a los profesionales que "todas las muertes intrauterinas reciban una disposición respetuosa y sensible independientemente de la edad gestacional, de manera que los restos sean tratados en todo momento como restos humanos tanto en su traslado como en su eliminación y no sean dispuestos con otros restos o residuos biológicos".
Dávila ha añadido que "la información sobre este derecho supone un derecho legítimo de los padres, que se enfrentan a sentimientos intensos de dolor y angustia por la pérdida que han sufrido" y ha destacado "el derecho a la libertad religiosa, de culto, a la igualdad y a la intimidad familiar".
VOX, por su parte, sostiene que "en la Comunidad de Madrid, hasta ahora, se permitía que los restos de hijos muertos se llamen productos de gestación y se tiren a la basura junto a otros restos", ha señalado Gádor Joya. "Tenemos la certeza de que existe, no un producto, sino una vida humana desde el momento de la concepción que debe ser cuidada, protegida y respetada".
Los partidos de la izquierda critican la medida
Los partidos de izquierdas han criticado la medida. Más Madrid ha rechazado la propuesta y ha propuesto "una iniciativa que se preocupa de manera no ideológica del duelo perinatal". "Yo respeto que usted quiera considerar a su hijo como hijo desde el momento de la concepción, pero usted tiene que respetar que yo no tengo esa opinión y que la ley no puede respaldar una concepción moral de la realidad que no es biológica", ha defendido Tania Sánchez.
El PSOE ha criticado que VOX quiera "imponer a todas las mujeres el destino para sus fetos, para sus cuerpos y para sus vidas" por sus "creencias religiosas". La parlamentaria Lorena Morales ha criticado que Ayuso haya dicho que las feministas "venden" el aborto "como si fuera una fiesta" y ha pedido invertir en "educación afectivo-sexual" si se quiere "reducir el número de embarazos no deseados e interrupciones voluntarias".
Unidas Podemos, por su parte, argumenta que ya hay un Reglamento de Sanidad Morturaria que regula que "vayan ataúdes a las clínicas" en las que se practican abortos. "Usted lo que quiere decir es que todas las mujeres que aborten están matando a una vida humana [...] y, por tanto, todas las mujeres que aborten voluntariamente o involuntariamente, da igual el tiempo de gestación, están asesinando a un niño o una niña", ha criticado la diputada Paloma García.