El Gobierno ha aprobado en el Consejo de Ministros de este viernes exhumar los restos del dictador Francisco Franco el próximo día 10 de junio. Asímismo, ha acordado enterrarlo en el Pardo. La vicepresidenta Carmen Calvo ha asegurado que los restos de Franco serán exhumados y vueltos a enterrar ese mismo día por la mañana en el panteón de Mingorrubio en el cementerio de El Pardo, de titularidad estatal.
"Lo urgente es exhumar los restos del dictador para que en el Valle de los Caídos solo queden los restos de las víctimas de los dos bandos", afirma la vicepresidenta del Gobierno, y añade que "a partir de ahí es importante que el Valle de los Caídos permanezca como un lugar de memoria y recuerdo, un lugar de reposo y respeto a la contienda", señala.
Carmen Calvo ha asegurado además que desde la ONU han pedido a España que la exhumación del dictador sea tratada con extrema urgencia. En cuanto a la postura que sostiene la Iglesia Católica, Calvo afirma que el propio Estado de la Ciudad del Vaticano hizo llegar al Gobierno un pronunciamiento en el que comunicó que "acatará la decisión que tome la autoridad competente". "Y la autoridad competente es el Consejo de Ministros", aclara.
Además, ha subrayado que la fecha decidida se encuentra fuera del período electoral y que se ha elegido en base a que la familia cuente con un "tiempo de protección importante". Por tanto, el partido que gane las elecciones del 28 de abril tendrá que ejecutar la exhumación, siempre y cuando no se modifique la ley de memoria histórica para impedir el traslado de los restos.
En manos del Tribunal Supremo
La vicepresidenta del Gobierno ha justificado además la elección del El Pardo como el lugar donde se trasladarán los restos de Franco, haciendo alusión a que allí se encuentran también los restos de Carmen Polo. Además, argumenta que la decisión del Ejecutivo sobre la ubicación se ha debido a la insistencia de la familia en reinhumar los restos en la catedral de La Almudena, que define como "improcedente" por motivos de seguridad y orden público.
El acto que tendrá lugar el próximo 10 de junio contará con la presencia de la familia del dictador en lo que, aseguran, será una cermonia reservada únicamente a los familiares con el fin de preservar su intimidad. "No habrá comunicación ni convocatoria pública, ni imágenes ni convocatoria pública para preservar los restos", mantiene.
Las primeras reacciones por parte de la oposición no se han hecho esperar. Ciudadanos critica que Sánchez se ha convertido en "una parodia de su propio sectarismo", y añade: "Veremos si ahora no lo para la justicia o si no han hecho la chapuza a la que nos tienen acostumbrados". Por otro lado, desde Podemos, Pablo Echenique considera que "no solo es una tomadura de pelo, es un manoseo de la memoria histórica por motivos electorales que, desde luego, no se merecen las víctimas de la dictadura y sus familiares", afirma.
Ahora, la decisión final queda en manos del Tribunal Supremo, la instancia judicial encargada de dictaminar si atiende o no la petición de la familia del dictador, que podría paralizar el proceso aplicando medidas cautelares.
