José Bono ejercerá de intermediario entre el Gobierno y la dictadura de Teodoro Obiang (que ocupa el gobierno de Guinea Ecuatorial desde hace 40 años), con el fin de beneficiar a las empresas que quieran establecerse en el país africano.
Para ello, ha sido fundamental el trabajo de Jaime García Legaz, presidente de la Compañía de Seguro de Crédito a la Exportación (CESCE), un ente semipúblico al que llegó tras abandonar el Gobierno por sus relaciones con el 'pequeño Nicolás'.
Según apunta El Diario, las relaciones entre el dictador y el exministro son especialmente cálidas, motivo por el que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha intentado que interceda para intentar abrir una zona del CESCE en la región.
La noticia ha llegado a España gracias a una nota de prensa publicada por el gobierno de la excolonia, en la que aparecen en una sala Bono, Legaz y Obiang estrechando la mano sonrientes, mientras evidencian un tono relajado de conversación. García Legaz tiene la intención de ivnertir a nivel seguros de créditos y exportación en diferentes sectores de la economía guineana.
La propia CESCE ha afirmado que la reunión forma parte de la estrategia que está llevando a cabo la oficina para ampliar su presencia en África y han afirmado que la intervención de Bono ha sido fundamental por la 'buena sintonía' que mantienen dictador y exministro socialista. En todo caso, se afirma que no hubo ningún gasto a su cuenta, porque el expresidente castellanomanchego ya permanecía en la zona cuando fue requerido para la reunión.
El Gobierno se defiende y afirma que las relaciones comerciales entre ambos países son estrechas por el único hecho de que nos unen estrechos lazos culturales e históricos (Guinea Ecuatorial formó parte de España hasta 1976).
Patente falta de democracia
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Las buenas relaciones a nivel institucional se evidenciaron en 2006, cuando Teodoro Obiang realizó una visita oficial a nuestro país y no pudo ser finalmente recibido en el Congreso tras las fuertes presiones que recordaban las flagrantes violaciones de derechos humanos que se sufren en el único país hispano del continente.
El Gobierno de Guinea Ecuatorial se ha caracterizado por reprimir cualquier atisbo de disidencia de las tesis oficialistas de la dictadura. Prueba de ello son las cientos de detenciones arbitrarias contra opositores, en algunos casos sin juicios ni cargos y con fuertes torturas, tal y como denuncia Amnistía Internacional.
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Derechos fundamentales como la libertad de reunión o de expresión son una simple quimera en un país donde el presidente revalidó su poder por enésima vez con el 93,7% de los votos.
Además, en julio de 2016 se aprobó una medida que excluía del sistema educativo a todas las mujeres que estuviesen embarazadas para, según la viceministra de Educación, reducir los embarazos adolescentes.
El hijo de Obiang, Teodorín, ha empleado el dinero supuestamente expoliado de las arcas públicas para comprar todo tipo de artículos de lujo en París. Por todo ello, el Gobierno francés terminó confiscando todos sus bienes en lo que consideraba un caso de corrupción que jamás iba a ser investigado por las autoridades del país africano.
