El Gobierno de coalición, tras varios días de tensiones, ha anunciado que se ha alcanzado un acuerdo para la coordinación de la reforma laboral. Según ha anunciado la Secretaria de Estado de Comunicación, PSOE y Unidas Podemos han pactado que sea el Ministerio de Trabajo, en manos de Yolanda Díaz, el que siga liderando los trabajos en esta materia.
En la mesa del diálogo social para negociar con los agentes sociales también se sentarán representantes de la Vicepresidencia Económica de Nadia Calviño y del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social de José Luis Escrivá, como defendía el ala socialista. "En función de los temas que se traten, podrán acudir representantes de otros ministerios afectados", señala Moncloa.
Desde el pasado 17 de marzo se reúne la mesa de diálogo para abordar el asunto. Con el objetivo de mantener una posición común y coherente, el Gobierno hará lo propio todos los martes a las 17:00 horas para fijar su postura. "A esa reunión asistirán el secretario de Estado de Empleo, el de Economía y el de Seguridad Social y Pensiones". Esas mismas personas se verán también los miércoles por la tarde para analizar el desarrollo de la mesa y coordinar el trabajo de preparación de la siguiente mesa de diálogo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reunirá el próximo 2 de noviembre a las vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, así como con los ministerios de Hacienda, de Seguridad Social y Educación y FP para "fijar la posición del Gobierno en la mesa de diálogo social, en los términos del acuerdo de Gobierno de coalición".
Por último, el acuerdo alcanzado también incluye una cláusula para celebrar reuniones y coordinar agendas entre vicepresidentas y ministros y ministras cuando sea necesario por la importancia o complejidad política de los asuntos.
El choque entre Calviño y Díaz
El malestar en el seno de la coalición se desató cuando la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, remitió a Díaz un correo electrónico en el que le comunicaba su intención de coordinar las conversaciones con sindicatos y empresarios para la nueva reforma laboral. Ese plan, que recibió el respaldo expreso del presidente Sánchez, provocó las quejas de UP, que por boca de la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, reclamó una reunión de la comisión de seguimiento.
Dicho encuentro se celebró en la tarde de este lunes y concluyó sin acuerdo, ya que la parte socialista insistió en que era Calviño quien debía ponerse al frente y la parte morada, en que Díaz debía continuar pilotando las conversaciones, como lleva haciendo desde la primavera. Además, Díaz llegó a acusar a Calviño de querer apartarla para torpedear la derogación de la reforma del PP. La vicepresidenta y ministra de Trabajo lleva días insistiendo en que el problema está en los contenidos y el alcance de la reforma, no en la metodología.
Este martes, tras el Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, la socialista Isabel Rodríguez, ya rebajó las pretensiones de Calviño de liderar los trabajos y admitió que es el departamento de Díaz al que le corresponde coordinar las labores. Pero, al mismo tiempo, insistió en que era necesario abrir la mesa a departamentos encabezados por ministros socialistas y a los que la reforma laboral también les afecta. El acuerdo finalmente alcanzado va en esa línea.
