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7 versos inmortales para recordar el legado de Gloria Fuertes

Dejó un legado literario que trasciende generaciones, con versos que celebran la vida, la paz y la inocencia infantil. Aquí recopilamos los mejores.

7 versos inmortales para recordar el legado de Gloria Fuertes

Gloria Fuertes es una de las figuras más entrañables y queridas de la literatura española, conocida por su estilo sencillo y su capacidad para conectar con lectores de todas las edades.

Nacida en Madrid en 1917, Fuertes dedicó su vida a la poesía, cultivando un estilo propio que mezcla humor, ternura y una profunda sensibilidad social. A través de sus versos, Fuertes defendió causas como la paz, la igualdad y la protección de la infancia.

Su obra es una celebración de la vida en todas sus formas, y hoy, seguimos recordándola a través de sus palabras inmortales.

A continuación, te presentamos una selección de algunos de los versos más emblemáticos de Gloria Fuertes, aquellos que siguen resonando en los corazones de quienes los leen.

'La oca loca'

Este poema es un reflejo del estilo juguetón y lleno de vida de Gloria Fuertes, quien supo como nadie entrar en el mundo infantil con su poesía. Con un tono ligero y divertido, 'La oca loca' es una oda a la libertad y la imaginación:

"Doña Oca toca la ocarina,

y prefiere el lago a la piscina.

Este es su marido el Oco,

—que no está cuerdo tampoco.

Doña Oca Plumapoca,

en el hueco de una roca,

la ocarina toca y toca.

—Esto no hay quien lo soporte,

—Dijo el Oco —su consorte.

—Esto no hay quien lo soporte.

¡Al agua patos! (¡Qué corte!)

—Esta Oca es la oca,

y nado porque me toca

—dijo el Oco.

(Nadando se quedó yerto

por no escuchar el concierto).

Y la Oca enloquecida

puso huevos sin medida.

—¡Veinte patos! ¡Qué patada!

Y yo sola, abandonada.

—dijo la Oca.

La familia numerosa,

era insoportable cosa.

Le piaban veinte patos

y pasaba malos ratos.

¡Tanto pico, tanta boca!

La Oca se volvió loca."

'Cómo se dibuja un niño'

Uno de los poemas más conocidos de Gloria Fuertes, 'Cómo se dibuja un niño', captura la inocencia y simplicidad de la niñez, al tiempo que invita a todos a ver el mundo con la pureza de los ojos de un niño:

"Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.

Pintarle mucho flequillo,

-que esté comiendo un barquillo;

muchas pecas en la cara que se note que es un pillo; - pillo rima con flequillo y quiere decir travieso -.

Continuemos el dibujo: redonda cara de queso.

Como es un niño de moda, bebe jarabe con soda.

Lleva pantalón vaquero con un hermoso agujero;

camiseta americana y una gorrita de pana.

Las botas de futbolista - porque chutando es artista -.

Se ríe continuamente, porque es muy inteligente.

Debajo del brazo un cuento por eso está tan contento.

Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño."

'Doña Pito Piturra'

En este poema, Fuertes juega con el sonido y la forma, creando una pieza que es tan divertida de recitar como de escuchar. 'Doña Pito Piturra' es un ejemplo de cómo la poeta manejaba el lenguaje con maestría para entretener y enseñar:

"Doña Pito Piturra tiene unos guantes,

Doña Pito Piturra muy elegantes.

Doña Pito Piturra tiene un sombrero,

Doña Pito Piturra con un plumero.

Doña Pito Piturra tiene un zapato,

Doña Pito Piturra le viene ancho.

Doña Pito Piturra tiene toquillas,

Doña Pito Piturra con tres polillas.

Doña Pito Piturra tiene unos guantes,

Doña Pito Piturra

le están muy grandes.

Doña Pito Piturra tiene unos guantes,

Doña Pito Piturra ¡lo he dicho antes!"

'Nota biográfica'

Fuertes a menudo abordaba temas profundos con una sencillez desarmante. En 'Nota biográfica', se presenta a sí misma con honestidad y humor, mostrando la humildad y humanidad que caracterizan su obra:

"Gloria Fuertes nació en Madrid

a los dos días de edad,

pues fue muy laborioso el parto de mi madre

que si se descuida muere por vivirme.

A los tres años ya sabía leer

y a los seis ya sabía mis labores.

Yo era buena y delgada,

alta y algo enferma.

A los nueve años me pilló un carro

y a los catorce me pilló la guerra;

a los quince años se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.

Aprendí a regatear en las tiendas

y a ir a los pueblos por zanahorias.

Por entonces empecé con los amores

—no digo nombres—,

gracias a eso, pude llevar mi juventud de barrio.

Quise ir a la guerra, para pararla,

pero me detuvieron a mitad del camino.

Luego me salió una oficina,

donde trabajo como si fuera tonta

—pero Dios y el botones saben que no lo soy—.

Escribo por las noches

y voy al campo mucho.

Todos los míos han muerto hace años

y estoy más sola que yo misma.

He publicado versos en todos los calendarios,

escribo en un periódico de niños,

y quiero comprarme a plazos una flor natural

como las que le dan a Pemán algunas veces."

'Isla ignorada'

Este poema, uno de los más introspectivos de Fuertes, revela su lado más serio y filosófico. 'Isla ignorada' es una meditación sobre la soledad y la incomprensión, y muestra la faceta más melancólica de la poeta:

"Soy como esa isla que ignorada,

late acunada por árboles jugosos,

en el centro de un mar

que no me entiende,

rodeada de nada,

-sola sólo-.

Hay aves en mi isla relucientes,

y pintadas por ángeles pintores,

hay fieras que me miran dulcemente,

y venenosas flores.

Hay arroyos poetas

y voces interiores

de volcanes dormidos.

Quizá haya algún tesoro

muy dentro de mi entraña.

¡Quién sabe si yo tengo

diamante en mi montaña,

o tan sólo un pequeño

pedazo de carbón!

Los árboles del bosque de mi isla,

sois vosotros mis versos.

¡Qué bien sonáis a veces

si el gran músico viento

os toca cuando viene el mar que me rodea!

A esta isla que soy, si alguien llega,

que se encuentre con algo es mi deseo;

-manantiales de versos encendidos

y cascadas de paz es lo que tengo-.

Un nombre que me sube por el alma

y no quiere que llore mis secretos;

y soy tierra feliz -que tengo el arte

de ser dichosa y pobre al mismo tiempo-.

Para mí es un placer ser ignorada,

isla ignorada del océano eterno.

En el centro del mundo sin un libro

sé todo, porque vino un mensajero

y me dejó una cruz para la vida

-para la muerte me dejó un misterio."

'Sólo tres letras'

Un poema breve pero poderoso, 'Sólo tres letras' es un canto a la paz, un tema recurrente en la obra de Fuertes. Con una simplicidad conmovedora, transmite un mensaje universal:

"Sólo tres letras, tres letras nada más.

sólo tres letras que para siempre aprenderás.

Sólo tres letras para escribir PAZ.

La P, la A y la Z, sólo tres letras.

Sólo tres letras, tres letras nada más,

para cantar paz, para hacer paz.

La P de pueblo, la A de amar

y la Z de zafiro o de zagal.

De zafiro por un mundo azul,

de zagal por un niño como tú.

No hacer falta ser sabio,

ni tener bayonetas,

si tú te aprendes bien ,

solo estas tres letras,

úsalas de mayor y habrá PAZ en la tierra."

'Ya ves qué tontería'

En 'Ya ves qué tontería', Gloria Fuertes habla de la vida con su característico tono irónico y optimista, reflejando su visión de la existencia como un viaje lleno de altibajos pero siempre digno de ser vivido:

"Ya ves qué tontería,

me gusta escribir tu nombre,

llenar papeles con tu nombre,

llenar el aire con tu nombre,

decir a los niños tu nombre,

escribir a mi padre muerto

y contarle que te llamas así.

Me creo que siempre que lo digo me oyes.

Me creo que da buena suerte.

Voy por las calles tan contenta

y no llevo encima nada más que tu nombre."

Gloria Fuertes nos dejó un tesoro en forma de palabras, una herencia que sigue viva en cada verso que recitamos, en cada poema que leemos. Su capacidad para abordar temas profundos con una sencillez aparente, y su inquebrantable compromiso con la paz, la igualdad y la infancia, la convierten en una poeta imprescindible.

A través de sus versos, Fuertes continúa iluminando el camino, recordándonos la importancia de la empatía, la alegría y la lucha por un mundo mejor.

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