La familia de Yeremi Vargas, el pequeño de siete años que desapareció en el 10 de marzo de 2007 cuando jugaba al lado de su casa en la localidad de Vecindario (Gran Canaria), pedirá que se reabra el caso contra Antonio Ojeda "El Rubio", único sospechoso hasta ahora de la desaparición del menor.
El Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana archivó las diligencias abiertas en contra de "El Rubio" por considerar que no había indicios sólidos contra él, decisión que fue ratificada en marzo de 2018 por la Audiencia de Las Palmas.
En rueda de prensa, la madre y el abuelo del niño, Ithaisa y José Suárez, y el abogado que les representa desde hace un año, Marcos García Montes, han explicado su decisión anunciando que cuentan con un testigo fundamental. Se trata del testimonio de un niño que en el momento de la desaparición de Yéremi tenía 12 años .
El juez del caso ya desestimó el testimonio de este testigo. Este menor explicó que vió un coche blanco rondando por el barrio e incluso llegó a describir que ese vehículo tenía una pegatina de una palmera, la misma descripción del coche de "El Rubio" A pesar de ello, este testigo señaló que se trataba de un Opel, pero el coche del principal sospechoso era un Renault, motivo por que el juez lo rechazó.
Otro aspecto que definen como fundamental es que "El Rubio" se ubicara a sí mismo en el lugar de la desaparición y que en su version se refiera a un niño azul. Resulta que Yéremi Vargas era cianótico, una enfermedad respiratoria provoca que las personas que la sufren, en situaciones de estrés, se pongan de color azul.
Ithaisa, madre del niño, ha tomado la palabra durante la comparecencia para explicar que además varios testigos que en su día declararon ante el juez aseguran que el magistrado no paraba de interrumpirles, de gritarles incluso y que pionía en duda los hechos que relataban. José Suárez, abuelo del niño, ha sido rotundo al afirmar que "no vamos a parar, llevamos 13 años sufriendo como para que ahora lo suelten".
El abogado, por su parte, finalizaba explicando que no buscan tanto sentenciar al "El Rubio", como que al fin se celebre el juicio, que se reabra el caso, algo en lo que tienen mucha confianza, después de ver cómo otros casos igualmente mediáticos se han reabierto recientemente. Es el caso de la muerte de Marta del Castillo, de la desaparición de la pequeña Madeleine McAnn y de la desaparición de David Guerrero, "el niño pintor" de Málaga".
Antonio Ojeda "El Rubio"
El 1 de junio de 2016 la Guardia Civil localizó a un sospechoso de la desaparición y homicidio de Yéremi, Antonio Ojeda "El Rubio", que se encontraba en prisión en Algeciras (Cádiz) desde 2015 por abusar sexualmente de otro menor. A finales de ese mes, el sospechoso fue trasladado hasta la cárcel de Juan Grande, al sur de Gran Canaria, para comparecer ante el juez, aunque se negó a declarar y a ofrecer muestras de ADN.
En septiembre de 2016 un compañero de celda de "El Rubio" aseguró que le había contado cómo un vecino acabó con la vida del menor y quemó su cuerpo, algo que el acusado niega. A finales de aquel año, Antonio Ojeda fue condenado a cinco años de prisión por una agresión a otro menor que jugaba en una calle de El Doctoral en el año 2012, saliendo de la cárcel el 9 de marzo de 2020.
En ese momento, otro compañero de prisión contó que tras conocer esta sentencia, se hundió y dijo que el caso de Yéremi "se le había ido de las manos" y que tuvo que "desaparecerlo". Sin embargo, el Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, que se ocupaba del caso desde el día de la desaparición del pequeño, finalmente consideró que no existían pruebas ni indicios sólidos que incriminasen a "El Rubio" en el caso de Yéremi, archivando las diligencias abiertas contra él, decisión que fue ratificada en marzo de 2018 por la Audiencia de Las Palmas.