El asesinato del ex alcalde de Gandía continúa bajo investigación de la Guardia Civil. El ex regidor y también empresario fue sorprendido en la A-38 a la altura de la localidad valenciana de Xeresa, donde detuvo su vehículo y fue tiroteado. Además se hallaron marcas en su cuello, aunque se atribuyen a un tirón de la cadena que portaba antes de su asesinato.
Fue su esposa quien localizó su cuerpo. Era habitual que Torró respondiera a todas las llamadas que recibía, y al comprobar que no podía contactar con él, siguió su trayecto inverso hasta que localizó el vehículo detenido en el arcén.
La Guardia Civil investiga el caso por el momento como un posible ajuste de cuentas relacionado con motivos económicos. El ex regidor estaba pasando apuros derivados de sus inversiones en preferentes y el caso Tele 7, por corrupción en la gestión de los medios audiovisuales del Ayuntamiento de Gandía, por lo que se encontraba a la espera de entrar en prisión.
Arturo Torró había sido, además, amenazado en varias ocasiones y fue apuñalado en un safari de lujo en Kenia en 2023, un hecho que denunció en comisaría. Además, se había vinculado a negocios de importación de aceite en Colombia y Kenia que no habían obtenido los resultados esperados.
Un dato sospechoso en el asesinato de Arturo Torró
A pesar de que los indicios de la investigación apuntan a un asesinato cometido por sicarios profesionales y perfectamente planificado, puesto que aparentaba conocer todos los movimientos del ex regidor, la realidad es que hay un dato que no cuadra en las investigaciones.
En el crimen se empleó un arma antigua de pequeño calibre que, en realidad, no es habitual en sicarios profesionales. El informe balístico señala que el calibre sería de una pistola del 6,35 o del 7,65. Se trata de un arma semiautomática de poca potencia empleada en distancias cortas.
El uso de este arma se evidencia en el crimen, puesto que el disparo contra Arturo Torró se realizó prácticamente a 'quemarropa' por la poca precisión de la que dispone este arma. Precisamente por este hecho, no es habitual su empleo en sicarios, que optan por otras armas más potentes y precisas para cumplir con sus encargos.
Los agentes consideran que podría ser una pistola antigua por sus características. Hay que tener en cuenta que en el pasado estos modelos se empleaban como armas personales para los agentes de la Policía Nacional en su defensa, pero también en la actualidad por clanes.
Giro en la investigación
Con estos hallazgos, la Guardia Civil ahora analiza la uña extractora del cartucho para estudiar los resultados y analizar si hay otros crímenes vinculados en el Sistema Integrado de Identificación Balística (IBIS). Por el momento no se han obtenido datos concretos de las laceraciones en el cuello, pero se sabe que son compatibles con un forcejeo y que podría haber más de una persona involucrada.
Los agentes han analizado todo el entorno del ex alcalde de Gandía y han podido comprobar que experimentaba un amplio número de problemas personales y enemigos que podrían haber estallado el crimen, aunque sin determinar cuál fue el detonante.
Con todos estos detalles, el móvil económico tiene cada vez mayor fuerza, aunque los agentes no han querido descartar todavía ninguna hipótesis. Los agentes esperan obtener más datos del análisis de las cámaras de seguridad de la autovía y no descartan que se pudiera emplear un coche robado o matrículas falsas para dificultar el trabajo de los investigadores.
Los agentes sospechan que los perpetradores siguieron sus pasos en los días previos al asesinato y por ello intentarán determinar nuevos datos en base a la geolocalización del teléfono móvil de la víctima. Además, se han buscado huellas dactilares en las ruedas de su coche, puesto que se sospecha que fueron manipuladas cambiando la presión, ya que no estaban pinchadas, algo que motivó que detuviese su vehículo.