La marca de placer masculino Arcwave ha revelado la existencia de una brecha de género en los gemidos. Según la investigación, solo el 60% de los hombres gime cuando se masturba, lo cual corresponde a 2 de cada 5, y el 85% lo hace cuando mantiene relaciones sexuales.
Sin embargo, un 78% de las mujeres encuestadas confiesan hacer ruido durante la masturbación y un 95% durante el sexo compartido. El estudio atribuye esta práctica de sonidos a que con ellos las mujeres se ven beneficiadas de sus efectos positivos para alcanzar y disfrutar sus orgasmos.
El hecho de que gemir hace aun más placentera la masturbación o las relaciones sexuales ha sido comprobado con las respuestas que algunos de los hombres entrevistados dieron cuando se les preguntó por qué lo hacían. Entre sus respuestas, las más comunes fueron "porque disfruto" (91%), "para que los orgasmos sean más intensos" (74%) y "para sentirme más cerca de mí mismo" (65%).
Además, la parte clínica del estudio propone el jadeo y los gemidos como una de las técnicas principales para el desbloqueo sexual y para conectar con las sensaciones y desinhibirse ya que supone una liberación de tensión y estrés a través de la voz y el suspiro.
Los motivos
Indagando en las razones por las que los hombres son más callados entre las sábanas, Arcwave descubrió varias respuestas que constituyen la explicación generalizada. La más común era: del 55% de los que lo hacen en voz baja fue que lo hacen por miedo a ser escuchados. Casi la mitad de los hombres (40%) dijo que se siente demasiado cohibido, mientras que el 33% lo encuentra embarazoso e incómodo.
La sexóloga y psicóloga Ana Sierra opina que los datos del estudio evidencian el resultado de una educación sexual diferenciada en función de género. Para explicar esto, hace uso del término "educastración", creado por ella misma, con el que evidencia que a los hombres no se les ha permitido ni fomentado la expresión emocional, salvo la ira, en el proceso de aprendizaje emocional.