Luciano Montoya es el hermano gemelo de Bernardo Montoya, el asesino de Laura Luelmo. Los vecinos de Cortegana, el pueblo en el que residía la joven zamorana, se muestran ahora completamente preocupados. El motivo: desde el pasado viernes 15 de febrero y hasta el próximo martes 19, disfruta de un permiso penitenciario a pesar de que todos los técnicos de la junta de tratamiento estén en contra de la medida tomada por el juez, según informa el diario La Razón.
Y es que Luciano Montoya cumple una condena de 27 años en la cárcel Ocaña II (Toledo) por haber matado a cuchilladas a una joven de 35 años y madre de dos niñas menores de edad. La progenitora de la mujer asesinada se quitó la vida mientras estaba ingresada por depresión en el Hospital Juan Ramón Jiménez (Huelva). Cuando el pasado viernes Luciano salió de prisión, pidió perdón a la familia. El último permiso que el juez le concedió fue el pasado 17 de diciembre, el mismo día que la Policía halló el cuerpo sin vida de Laura Luelmo entre unos arbustos en El Campillo (Huelva), el municipio donde vivía la profesora.
"El delito es su modo de vida"
Desde ese día, los vecinos de Cortegana (Huelva), el pueblo donde vive la familia de los Montoya, aseguran que no han vuelto a ver por sus calles a Luciano. Sin embargo, saben que sí fue por allí cuando salió el pasado 17 de diciembre y, según fuentes citadas por La Razón, "Luciano fue a casa de su hija y le montaron una fiesta, aunque acabase de pasar el crimen de Laura".
Los vecinos no entienden cómo el hermano de Bernardo ha podido salir de permiso penitenciario si la Junta de Tratamiento, formada por educadores y trabajadores sociales psicólogos y juristas, no recomienda que este hombre salga de prisión ni por unos días. Pero el criterio del juez es otro y lo ha permitid, en contra de los consejos de los profesionales que están con Luciano con mayor frecuencia. Su permiso sxe sitúa actualmente en régimen de acompañamiento, es decir, tiene que ser recogido en prisión por su familia, que también debe encargarse de llevarlo de regreso.
Los motivos que esgrimen los profesionales en contra del permiso a Luciano Motoya son varios: "cuenta con una trayectoria delictiva consolidada por comisión de numerosos delitos, la lejanía de la fecha de cumplimiento de las tres cuartas partes de la condena, la ausencia de hábitos laborales siendo el delito su modo de vida", entre otros argumentos.
Repudiados por el pueblo
Los vecinos aseguran que siempre han tenido miedo a los hermanos, que llegaron al pueblo con tan sólo diez años. "Les temíamos desde que eran menores, siempre amenazando a la gente, siempre de peleas. Lo malo es que ellos no se quedaban en puñetazos. Si veían que ibas a denunciar, iban a matar". Y el miedo, según sus palabras, sigue: "¿Quien le trata dice que puede ser peligroso, pero un juez lo autoriza? Entonces, ¿se supone que es mejor que no salgamos de casa o qué nos aconsejan?".
Asimismo, también sostienen que los dos hermanos saben que no son bienvenidos en Cortegana y menos desde que mataron a dos vecinas; Luciano a la mujer de 35 años y Bernardo a una vecina de 82 años después de haber robado en su casa.