El pasado 29 de marzo, el Gobierno de España decidió llevar a cabo una subvención sobre los carburantes por culpa de la subida de precio de la gasolina por la guerra en Ucrania. Sin embargo, no está funcionando como se esperaba al estar más del 60% de las estaciones de servicio subiendo los precios de la gasolina y el diésel, opacando por completo la medida del plan de choque.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, repitió varias veces la semana pasada que el Ejecutivo pondrá fin a la bonificación si los operadores la absorben y siguen con el alza de precios.
"Tenemos que ver si están funcionando como deberían para lograr amortiguar los precios. Puede haber un riesgo de que las empresas internalicen esas subvenciones y al final no bajen sus precios. He instado a Competencia para que lo analice, y están en ello", advirtió.
La subvención no funciona
Realmente, la subvención de 20 céntimos no se ha llegado a notar en los bolsillos de los consumidores como se esperaba. El precio del diésel sigue alcanzando en España precios que nunca se han visto en las pantallas de las gasolineras. Incluso está superando el precio de la gasolina, al llegar hasta los 1,9 euros/litro el pasado 5 de mayo.
El incremento de precios comienza en el inicio de 2022. El día en que se inició la invasión en Ucrania, 24 de febrero, desde el 1 de enero la gasolina 95 había pasado de 1,48 a 1,59 euros/litro (subida del 7,4%). Por otro lado, el diésel incrementó de 1,35 a 1,48 euros/litro (un 9.6%).
La justificación fue la subida del petróleo, que en diciembre de 2021 se cerró con un precio medio de 74,17 dólares/barril. En febrero, con la guerra en marcha, ese precio subió a los 97,13 dólares/barril.
La gran subida de la gasolina
En marzo sucede la gran subida de la gasolina, y el Gobierno decide aplicar la subvención a los hidrocarburos. En solo 12 días, la gasolina y el diésel escalan hasta 1,85 y 1,84 euros/litro respectivamente. La subvención funcionó hasta el 13 de abril, cuando la gasolina estaba a 1,77 euros/litro y el Diésel a 1,78 euros/litro. Desde ese día, los carburantes no han dejado de subir hasta alcanza nuevos máximos.
Según datos del INE, el diésel y la gasolina se han encarecido en lo que va de año un 45,6% y un 33,6% respectivamente. "Tenemos que asumirlo, es un escenario que no gusta a nadie: a los consumidores no nos gusta y a los empresarios tampoco. Son las cartas que tenemos en estos momentos", añade el director general de la asociación de gasolineras, decía Nacho Rabadán.
El economista Juan Luis Jiménez justifica este hecho en la falta de competencia en el sector, ya que las empresas minoristas siguen el modelo de 'cohetes y plumas': "Ante subidas del coste de la materia prima, el precio minorista sube casi de inmediato (aunque no hayan comprado petróleo a precios altos aún). Pero, cuando ese mismo coste baja, el precio minorista tarda mucho más en actualizarse y bajar".
¿No tienen la sensación que cuando sube el precio del barril de crudo, la gasolina (y el diesel) aumenta su precio de inmediato en las gasolineras, pero cuando baja no lo hace tan rápido?
Pues está en lo cierto. Y tiene una explicación: la falta de competencia.— Juan Luis Jiménez (@JuanLuis_JG) March 7, 2022
Hilo ?? pic.twitter.com/UCCTDa1T1Z
Según los datos que proporcionan las gasolineras al Ministerio de Transición Ecológica, desde el 29 de marzo en el que se inició la bonificación de los carburantes hasta el pasado 6 de mayo, el 66,1% de las gasolineras ha subido los precios del diésel entre cinco y más de quince céntimos. Es así como han dejado sin efecto el subsidio que paga el Gobierno.