Las flatulencias son, muchas veces, inesperadas. Pueden ocurrirle a cualquiera y en el momento más inoportuno. En el trabajo, en el transporte público, en una cita... Tener una comida pesada o simplemente tener una enfermedad estomacal puede convertirse en un verdadero infierno dependiendo de dónde te encuentres y eso es lo que le ha pasado a Adam Lindin Ljungkvist. No, por suerte no provocó un tiroteo como ocurrió en Valencia hace unos meses.
Ljungkvist, fútbolista sueco en el equipo local Pershagen SK, le ocurrió algo así el pasado viernes cuando disputaba un partido contra el Järna SK. Según describen los diarios Aftonbladet y Länstidningen Södertälje (y recogen otros medios como Vice), el jugador de 25 años se encontraba jugando los momentos finales del partido cuando se empezó a encontrar un poco mal: "Estaba un poco revuelto y en el último minuto del partido dejé escapar un pedo. El árbitro me enseñó una tarjeta amarilla y seguidamente una roja. Era mi segunda amarilla y ni recordaba la primera. Me molesté con él pero no nos insultamos".
El colegiado, Dany Kako, explicó después que había amonestado a Ljungkvist por percibirlo como una provocación deliberada. "Lo hizo a propósito y fue algo inapropiado". El futbolista se defiende: "Se cree que lo hice contra un oponente pero provocar a alguien con un pedo sería bastante raro. Simplemente me tiré un inocente pedo y me expulsó por ello. Dijo que era comportamiento antideportivo".
"Quizás se piensa que me tiré el pedo en la mano y se lo lancé"
Frente a estos dos puntos de vista, un delantero del equipo oponente decidió dar su opinión sobre tal polémica. Kristoffer Linde, delantero del Järna SK, confirmó que hubo un pedo sonoro: "Estaba a una distancia bastante considerable pero escuché el pedo alto y claro. Es lo más extraño que he visto en un campo y eso que llevo jugando desde que tengo ocho años".
"No lo entiendo. Quizás pensó que me tiré el pedo en mi mano y se lo lancé. Pero no lo hice", añadía el protagonista de la historia a un diario digital. Dicha actuación eclipsó totalmente el partido que acabó perdiendo el equipo de Ljungkvist por 5-2. "Solamente me puedo reir. Debe ser algo sin precedentes, seguro. Nunca he oído que alguien haya sido expulsado por tirarse un pedo". A pesar de la polémica, el equipo del amonestado ha intentado quitarle hierro al asunto. Que corra el aire.
