El que fuera futbolista de la liga de Irán, Amir Nasr-Azadani, ha sido condenado a 26 años de prisión por el tribunal revolucionario iraní por el asesinato de tres miembros de seguridad durante su participación en las revueltas sociales por los derechos de las mujeres, que llevan ocurriendo en el país islámico desde septiembre de este pasado año.
Irán lleva cuatro meses envuelto en una situación convulsa desde que Mahsa Amini, mujer iraní, fuera asesinada durante su arresto por parte de las autoridades al llevar mal puesto el hiyab. Estos hechos provocarían manifestaciones alrededor de todo el país que piden el fin de la República Islámica, que gobierna desde 1979.
Estas protestas dejan, de momento, unos 580 fallecidos y mas de 1.100 detenidos. Entre ellos se encuentra en estos momentos Amir Nasr-Azadani, un exfutbolista iraní muy participativo en las protestas que sería acusado el pasado mes de diciembre de ser cómplice del asesinato de tres miembros de seguridad iraníes. El tribunal ahora le ha impuesto una pena de 26 años de prisión, que ha sido agravada por pertenecer a un grupo ilegal para perturbar la seguridad y el orden público.
Otras condenas
Nasr-Azadani compartía juicio con otros acusados por los mismos hechos. Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi Sheikh Shabani y Saeed Taqoubi han sido sentenciados a la pena de muerte por "enemistado con Dios". Por otro lado, Shoeil Jahangiri sería condenado a dos años de cárcel, y Jaber Mirhashemi ha quedado absuelto.
La situación en Irán sigue siendo crítica ya que las protestas continúan aumentando. La mayoría de los participantes en ellas son jóvenes y mujeres que exigen un aumento en las libertades civiles. Por otro lado, el gobierno sigue intentando disiparlas a través de castigos, detenciones y asesinatos o ejecuciones públicas. Estos ahorcamientos han hecho que organismos internacionales como la Unión Europea pida que se detengan de inmediato. Por su parte, Amnistía Internacional ha denunciado la falsedad de los juicios.
