El futbolista Hugo Mallo ha sido declarado de abuso seuxal contra la mujer que trabaja como mascota del Espanyol. La decisión ha sido adoptada por el titular del Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona, que investigaba los hechos ocurridos ante el partido que enfrentó al Celta de Vigo con el club blanquiazul en abril de 2019, en el estadio de Cornellà-El Prat.
Por este motivo, el juez Salvador Roig Tejedor condena a Mallo a pagar una indemnización por daño moral de 1.000 euros más intereses, como resultado del pago de 10 euros diarios durante 20 meses. El futbolista forma parte actualmente del conjunto Aris de Salónica griego.
La sentencia considera que el futbolista, "en el momento de realizar los saludos a los componentes del equipo contrario [...] al llegar a la altura de la persona disfrazada de periquita, con la intención de satisfacer su ánimo libidinoso y de menoscabar la indemnidad sexual de la misma, le metió las manos por debajo del disfraz y le tocó los pechos, viéndose obligada a retroceder y apartar al acusado con la mano derecha".
Los hechos ocurrieron el 24 de abril de 2019 en el estadio blanquiazul, ante el partido y cuando los equipos se saludan. El acusado aprovechó el acto protocolario para tocar los pechos de la mujer disfrazada de periquito, sin su consentimiento. El jugador negó en todo momento haber tocado a la mascota del encuentro.
Sin efectos en la ley del 'solo sí es sí'
Los hechos ocurrieron hace cinco años, antes de que entrara en 2023 la reforma del Código Penal que incluyó la ley del 'solo sí es sí', que ha permitido que el futbolista haya podido esquivar el delito de agresión sexual, puesto que se ha tenido que aplicar el Código Penal vigente entonces.
La acusación y la Fiscalía solicitaron durante el juicio que la condena fuera transformada en una sanción económica de 24 meses, en función del patrimonio del jugador. La defensa, por su parte, solicitaba su absolución, puesto que había negado todos los hechos.
El futbolista negó haber cometido ningún tipo de delito porque desconocía el género de la mascota y que estaba concentrado en un partido importante, porque el Celta se estaba jugando el descenso. Además, justificaba que en el vídeo no se podía apreciar ningún movimiento anómalo por su parte.
