La fundación RedMadre se creó en el año 2007 con un propósito claro: "activar una red solidaria de apoyo, asesoramiento y ayuda a la mujer para superar cualquier conflicto surgido ante un embarazo imprevisto". Cada año desde 2015, y buscando conseguir ese propósito, publican lo que ellos denominan su Mapa de la Maternidad, un estudio donde analizan las ayudas que reciben las mujeres que están embarazadas y se encuentran en una situación desfavorecida. El del año 2017 acaba de ser publicado.
En este último Mapa se llega a la conclusión de que mientras que el Estado destina un total de 34 millones de euros a subvencionar el aborto, solo se destinan 3,6 millones de euros en ayudas a las mujeres embarazadas que lo necesitan. Deberíamos comenzar puntualizando que cuando hablan de "subvencionar" el aborto, se están refiriendo al coste total de esas intervenciones quirúrgicas, puesto que estas suelen realizarse mediante la Sanidad Pública. Es decir, que no es tanto que subvencionen el aborto, sino el gasto total que suponen los abortos en la partida de Sanidad del 2017. Si tenemos en cuenta que el gasto total en Sanidad en ese año en cuestión fue de 72.812,9 millones de euros, podemos ver que no estamos hablando de una cifra tan escandalosa, ni mucho menos.
A esto podríamos sumarle el hecho de que en porcentajes totales, la inversión que el Estado español hace en Sanidad es del 14,5 % del gasto público total, o un 6,26 % del PIB. El "gasto" que suponen las intervenciones quirúrgicas abortivas no es mayor que el que podrían suponer cualquier otro tipo de intervención quirúrgica.
La fundación RedMadre se declara abiertamente contraria al aborto. Se puede ver en la carta de su presidente, Antonio Torres, al comienzo del Mapa de la Maternidad de este año, donde señala que "defender la vida es defender la igualdad". En esta carta, señala que se promueve la libertad, que no se coacciona ni presiona, pero su página web está llena de testimonios y "noticias" donde se critica abiertamente el aborto.
El Mapa de la Maternidad de 2017
Analizando el Mapa de la Maternidad del 2017, podemos observar claramente que el gasto público destinado a ayudar a las mujeres en situaciones precarias es muy bajo. Es indiscutible que el Estado debería trabajar más en materia de maternidad, y garantizar a las mujeres que estén en una situación conflcitiva el poder ser madres si así lo desean. Por poner un ejemplo, en este estudio se ha llegado a la conclusión de que hay comunidades autónomas donde no se dedica absolutamente nada a ayudar a las embarazadas.
Los territorios que ofrecen más ayudas son Galicia, Madrid y País Vasco; y pese a que quieran demostrar que cuantas más ayudas hay a las embarazadas, menos abortos se producen, no es tanto así, puesto que Madrid sigue teniendo uno de los ratios de aborto más altos de España, superando los 264 por cada 1000.
Señalan el caso de Boadilla como uno de los más positivos para las mujeres embarazadas, explicando que en este municipio se ofrecen 250 € mensuales a cada mujer embarazada "en situación de vulnerabilidad menor de 26 años y embarazada de más de 14 semanas". No obstante, la ayuda se termina justo cuando da a luz, con lo cual estamos hablando de un total de 1.500 €, una cifra muy baja.
Es innegable que esta situación debería cambiar, puesto que los índices de natalidad siguen bajando. El Estado español debería comenzar a preocuparse por incentivar los nacimientos, por ayudar a que aquellas mujeres que realmente quieran ser madres puedan llegar a serlo, y se les den facilidades económicas. Porque esto nada tiene que ver con el aborto, o con la partida que se dedique a nivel anual dentro de la Sanidad a sufragar este tipo de intervenciones.
El aborto no es el problema
Tratar de relacionar las tasas de aborto con las ayudas a la maternidad es quedarse tan solo en la superficie del problema. Las mujeres no abortan únicamente porque no puedan sostener económicamente la situación (aunque también haya casos así), sino porque ese embarazo es fruto de un error, porque no se sienten preparadas para ser madres, o por mil causas diferentes. Y deben tener el derecho de decidir en todo momento qué quieren hacer con su cuerpo, y cómo quieren continuar encauzando su vida.
Adolfo Suárez, presidente de la Fundación Concordia y Libertad, ha señalado que "el aborto no es un derecho, es un fracaso de la sociedad" y que "ninguna mujer debería abortar por motivos económicos, sociales, familiares o culturales". Tiene razón en una única cosa: toda mujer que necesitara ayuda económica para subsistir y poder tener un hijo, debería tenerla. Pero solo si la pidiera expresamente, y si su deseo fuera llevar ese embarazo a término. Porque el aborto sí es un derecho, y el negárselo a las mujeres sería el auténtico fracaso de la sociedad, obligándolas a recurrir a métodos ilegales e insalubres, como sucedía anteriormente. Garantizar el aborto libre y seguro no hace que las cifras crezcan, sino que las muertes de las mujeres que se someten a intervenciones de este tipo se reduzcan.