Si parece demasiado bueno, es probable que no sea real. Esta es una de las máximas en el mundo de las inversiones, y es que nadie promete rentabilidades desorbitadas sin riesgo extremo, y mucho menos, sin tributar.
Esto es exactamente lo que ha sucedido con Madeira Invest Club (CryptoSpain), que ofrecía rendimientos del 53% y que, de la noche a la mañana, ha desaparecido.
Este lunes, de manera inesperada para sus clientes, el servicio cerró sus puertas. El canal de Telegram, que servía como principal medio de comunicación con sus usuarios, fue desactivado, al igual que sus oficinas, mientras que sus números de teléfono dejaron de funcionar. En la página web solo se facilita el correo electrónico [email protected] para que los afectados soliciten la devolución de sus inversiones.
La Audiencia Nacional ha anunciado la apertura de diligencias para investigar una posible estafa con criptomonedas, supuestamente organizada por este club financiero, que ofrecía rentabilidades excesivas mediante inversiones en arte digital y productos de lujo.
Inversiones en lujo: relojes, coches e inmuebles
El club operaba principalmente a través de Telegram, y su imagen pública en redes sociales era Álvaro Romillo, también conocido como Luis o CryptoSpain. Prometía que, pagando una membresía de 2.000 euros anuales, sus miembros podrían eludir de forma legal los pagos a Hacienda, asegurando que era posible "vivir sin pagar impuestos dentro de la legalidad".
"Ofrecía inversiones en coches de lujo, relojes o inmuebles bajo un esquema de doble pago: primero había que adquirir la membresía y luego pagar el importe de la inversión en criptomonedas", explica Sergio Carrasco, abogado especializado en derecho tecnológico. Se estima que CryptoSpain gestionó alrededor de 300 millones de euros, lo que ha provocado pérdidas millonarias a inversores que cayeron en sus falsas promesas.
Un "asesor" sin licencia
Este esquema no es nuevo. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya había señalado a Madeira Invest Club como un "chiringuito financiero" en mayo de 2023. Según la CNMV, la empresa operaba como un "asesor" sin la debida autorización para ofrecer servicios de inversión.
"Este aviso deja claro que Madeira Invest Club no tiene autorización para prestar servicios de asesoramiento en inversiones ni para operar con los instrumentos financieros contemplados en la Ley del Mercado de Valores", señala Carrasco.
El club contaba con más de 5.000 miembros, de los cuales unos 3.000 habían pagado la membresía anual. "Este modelo sigue los patrones de los esquemas piramidales, donde los retornos de los primeros inversores provienen de las inversiones de los siguientes, y así sucesivamente. El único beneficiado de todo esto era Romillo", comenta Carrasco. Aunque algunos inversores lograron cobrar, la mayoría han quedado atrapados en inversiones inexistentes.
Inversores de alto nivel económico
"Las personas afectadas por este tipo de estafas suelen ser individuos de alto poder adquisitivo, movidos por la codicia de aumentar su patrimonio o por la tentación de blanquear dinero", explica José Salvador, policía y profesor en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Salvador añade que, como se suele decir, "nadie da duros a cuatro pesetas".
"Cuando alguien te ofrece una rentabilidad del 53%, mientras que el mercado ofrece de media un 5% u 8%, debería ser una señal de alerta porque no es normal".
La relación de Alvise con CryptoSpain
En medio de este escándalo, ha salido a la luz que Luis Pérez Fernández, más conocido como Alvise, eurodiputado del partido Se Acabó La Fiesta, tiene vínculos con CryptoSpain.
La Asociación de Usuarios de Criptomonedas, que presentó una denuncia en la Audiencia Nacional el pasado viernes, ha solicitado la imputación de Alvise tras las declaraciones de Romillo, quien asegura haberle proporcionado 100.000 euros en efectivo para financiar su campaña al Parlamento Europeo.
"CryptoSpain ha entregado una serie de mensajes a la Fiscalía donde Alvise solicitaba financiación, entre otras cosas", indica el abogado Carrasco, quien también aclara que, por el momento, estos documentos solo han sido presentados por la parte interesada y falta que la Fiscalía los verifique.
Cabe recordar que, en una presentación en abril, Alvise se refirió al sistema fiscal español como "esclavitud moderna", alentando a los inversores a buscar métodos alternativos para proteger sus activos y evitar la tributación convencional. Este discurso atrajo a quienes buscaban opciones fuera de los cauces tradicionales, alimentando la frustración hacia el sistema impositivo.