La traumática salida de Ángel Garrido del Partido Popular hacia Ciudadanos (con las listas para Europa ya cerradas y con Pablo Casado enterándose por la prensa) ha dejado una grieta interna dentro del PP madrileño que tardará tiempo en cerrarse.
Pero lejos de esperar a que se calmen las aguas, la situación dentro del partido es especialmente grave. En un partido acostumbrado a las 'cuchilladas internas', muchos temen la información que Ángel Garrido se puede haber llevado del PP y de la Comunidad de Madrid durante las semanas en las que empezó a preparar su cambio de partido tras haber sido descartado como candidato a la presidencia regional.
Quien no parece ser consciente de ello es el líder de la gestora que dirige el PP madrileño desde la caída de Cristina Cifuentes: Pío García Escudero. A él se dirigen muchas miradas a la hora de apartar tajantemente a los miembros más moderados de la anterior etapa y a la campaña tan dura de Ayuso con el retorno de pesos fuertes del agurrismo como Javier Fernández-Lasquetty.
El partido vive varios conatos de fuga de personas que habían pensado en mantenerse en el PP y que están siendo tratados como auténticos 'apestados'. Son 'pesos pesados' del cifuentismo como Pedro Rollán (expresidente de la región tras la salida de Garrido, extitular de Transportes y exalcalde de Torrejón, el más votado de toda España). A él se suman otros dos nombres: Rosalía Gonzalo (exconsejera de Transportes) y Carlos Izquierdo (extitular de Educación).
"Que se vayan con Garrido"
Esta terna de nombres es la que señala toda una "persecución" desde la dirección regional del partido. Varios miembros del PP que ya han abandonado la formación aseguran directamente lo siguiente: "La persecución es una realidad. En el Ayuntamiento, el PP presume de que no hay nadie de Garrido. Están pagando la marcha del expresidente con gente que nunca ha pensado en irse del partido", asegura al diario El Español.
Sea como fuere, Rosalía Gonzalo ya entra en todas las quinielas para convertirse en la próxima gerente de la empresa Madrid M30 bajo el ala del propio Garrido, lo que a la postre sería un nuevo caso de transfuguismo hacia Ciudadanos (bien es cierto que ella no ocupa escaño en la Asamblea de Madrid).
Mayor problema generaría el futuro de Rollán e Izquierdo, que sí forman parte de la Asamblea de Madrid y que, en el caso de pasar al grupo de Ciudadanos, reducirían la diferencia entre populares y naranjas a solo dos diputados.
El problema, sin embargo, es que el lodazal que representa el PP de la región en la actualidad ha permitido a Pío García Escudero colocar a su antojo a todo tipo de nombres sin ninguna objeción. Y todo, pese a que se encuentra dirigiendo una gestora sin haber pasado por unas primarias desde que llegó en mayo de 2018.
Su rivalidad con Garrido y con el sector moderado que dirigió el PP regional durante la anterior etapa es ampliamente conocida. A él se le achaca el descarte de Garrido o los movimientos, por ejemplo, a la hora de elegir candidato en el feudo que representa Pozuelo de Alarcón, el municipio con mayor renta de toda España.
Lo que sucederá en el partido es una incógnita, ya que Pablo Casado tiene serias reticencias a que Ayuso pueda controlar el partido y, con ello, acumular cargos que le pudieran permitir hacer sombra en un futuro próximo. ¿Será Pío quien ostente finalmente el liderazgo del partido como, de facto, ya está haciendo?