Si hay algo que siempre resulta un espectáculo digno de ver, a parte de las maravillas que realizan los atletas en sus pruebas y especialidades, es el evento de inauguración de unos Juegos Olímpicos. Cada cuatro años los países que acogen las olimpiadas ofrecen un espectáculo digno de ver y buscando asombrar al mundo entero. Las inauguraciones cada vez son espectaculares y van quedando atrás maravillas como las del lanzamiento de la flecha olímpica al pebetero de Barcelona 92, y parece ser que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 quieren incluir un más y mejor. Para ello una empresa ha puesto sobre la mesa la realización de una lluvia de estrellas.
Increíble pero cierto, la empresa Star-ALE quiere lanzar los clásicos fuegos artificiales de inauguración desde el espacio, para ello piensan utilizar unos satélites artificiales que lanzarían fuegos artificiales y que darían un aspecto muy similar a una lluvia de estrellas como las que podemos vivir cada verano con las populares Perseidas.
La fundadora de la empresa es una astrónoma llamada Lena Okajima y plantea que "Hacer del cielo una pantalla es lo más atrayente de este proyecto como entretenimiento". Además no se trataría según sus palabras de un proyecto meramente dedicado a la extravagancia y al espectáculo visual, sino que el coste también estará destinado a financiar investigaciones futuras como la eliminación de la llamada basura espacial o la posibilidad de realizar viajes espaciales en meteoritos.
Según Star-ALE indica en su página web, el desarrollo de este proyecto no sería tan difícil pues una vez los satélites se encontrasen en el lugar idóneo el lanzamiento sería muy similar al de un espectáculo de fuegos artificiales común que puede realizarse desde un panel en tierra. Indagando más, también sugieren cómo quedaría ese espectáculo visual aludiendo que "las partículas viajarán casi un tercio del camino alrededor de la Tierra y entrar en la atmósfera. A continuación, comenzará la emisión de plasma y convertirse en una estrella fugaz".
Como ya indicamos el coste del proyecto sería también destinado a otras investigaciones, no obstante, esta megalómana inauguración seria aun así muy costosa pues según indica el proyecto de Star-ALE solo el combustible desarrollado para el lanzamiento de los fuegos artificiales en el espacio valdría 8,1 millones de dólares (casi 7,3 millones de euros). Esto ya sería una cuantía elevada y prohibitiva pero a esta cantidad habría que sumar el coste de poner los satélites en órbita que no sería un trabajo precisamente barato.
La inauguración de Rio también tuvo sus anécdotas
El plan que pretende impulsar la empresa Star-ALE es algo que, dado su coste, tiene pinta de que no vaya a ser aprobado. Más aún cuando Tokio 2020 está ya por encima del presupuesto. En cambio, en los Juegos Olímpicos de Rio la inauguración fue más modesta aunque no por ello estuvo exenta de alguna anécdota. La más comentada fue el anillo olímpico, que a pesar de ser un anillo con árboles para mostrar que querían concienciar al mundo de proteger el medio ambiente, fue confundido en las redes como un anillo formado por plantas de marihuana. Otra anécdota graciosa fue más centrada en el público hispanoparlante. Un comentarista de la televisión venezolana se llenó de originalidad a la hora de traducir unas declaraciones en inglés en las que el presidente del COI decía "el egoísmo está ganando terreno" por "los selfies están por todos lados". Una traducción de lo más libre.