Todo lo que hace el nieto de los reyes eméritos, Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón o más conocido popularmente como Froilán, se convierte rápidamente en noticia. El adolescente es carne de cañón para la prensa y sus salidas de tono son muy comentadas por los medios de comunicación.
Lo mismo se escribe sobre los motivos que le llevaron a repetir curso hasta en tres ocasiones, como se analizan minuciosamente las "duras" pruebas que tuvo que realizar el nietísimo para acceder a su carísima y excelentísima universidad o se comenta el patrocinio que hace el joven sobre una marca de ropa antiabortista, católica, conservadora y nacionalista española.
Froilán, ¿Dj?
Ahora, Froilán está en boca de casi todos los medios tras ser pillado 'in fraganti' por La Otra Crónica (LOC) en la cabina de un Dj. El Borbón se encontraba en la sala BoomRoom de Madrid ubicada en la calle Padre Damián. En un momento dado de la noche, se acercó a la cabina del pinchadiscos (o canciones). Allí estuvo durante un determinado periodo de tiempo.
O bien Froilán acudió hasta el Dj para pedirle alguna de sus canciones favoritas o bien podría estar interesado en pinchar en las discotecas de la noche madrileña. Su afición por la fiesta es conocida desde hace años. El universitario de sangre azul tiene gustos que son propios de una persona de su edad.
Precisamente uno de los motivos por los que sus padres, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, le enviaron a estudiar en Estados Unidos fue para que se centrara en su vida académica y dejara de lado los placeres festivos de los adolescentes. Allí, en el país norteamericano, Froilán estudió tres cursos que equivalen a cinco en España. El Borbón supo aprovechar el sistema educativo estadounidense para lograr equipararse con el resto de sus amigos y dejar atrás estos cursos perdidos.
Si el nietísimo se dedicará o no al mundo de la noche pinchando en discotecas es algo que todavía se desconoce. Sin embargo, dada su presencia en la prensa y a su mediática vida, probablemente la noticia corra como la pólvora en cuanto el chico se suba al estrado para animar los clubes nocturnos y hacer bailar a una masa enfebrecida.