Los aliados del Partido Partido Popular en Alemania, la CDU, mantienen una posición muy diferente respecto a su relación con la extrema derecha. Mientras que en España se abren los pactos para coaliciones parlamentarias y gubernamentales, así como legislativas; en Alemania se han comprometido a un cordón sanitario sin fisuras.
El futuro líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Friedrich Merz, se ha comprometido a expulsar de su partido a todos aquellos miembros que busquen cooperar con esta formación ultraderechista desde sus propias siglas.
"Conmigo habrá un cortafuegos claro frente a la AfD", ha afirmado en declaraciones al semanario Der Spiegel. Elegido por las bases de la CDU, Merz se encuentra a la espera de ser elegido nuevo líder oficial de la CDU en enero.
Merz siempre ha sido el rival histórico de la excanciller Angela Merkel dentro de la CDU y representa el ala derechista del partido. Se impuso con un 62% de los votos frente a los dos aspirantes situados hacia el centro, Norbert Röttgen y Gelge Braun.
"Quien alce la mano para proponer cooperar con la AfD se encontrará al día siguiente con un proceso de expulsión", ha defendido Merz en la entrevista, a la vez que ha garantizado que mantendrá "desde el primer momento" una clara distancia frente al partido extremista.
Rechazada como aliada
El partido de extrema derecha alemán, AfD, está rechazado como aliado bajo cualquier concepto por todo el espectro alemán. Se trata de un cordón sanitario que se rompió momentáneamente en 2019 a escala regional en Turingia, lo que propició una crisis interna en la CDU y una serie de dimisiones en escala dentro del partido.
En la formación, sin embargo, sí que existen corrientes internas favorables al diálogo con el partido, sobre todo en el este del país, donde la ultraderecha consigue sus mejores resultados y logra sus victorias de distrito. Sin embargo, no han conseguido grandes acuerdos de colaboración entre ambos partidos.
La situación es completamente diferente a España. El principal partido del centroderecha, PP, sostiene sus gobiernos en la ultraderecha en plazas importantes como el Ayuntamiento de la capital o la Comunidad de Madrid. En esta última Administración, por ejemplo, estudia un recorte de las leyes LGTBI y Trans regionales o una auditoría a los centros de menores no acompañados a instancias de la ultraderecha.
