La realidad supera la ficción en el viaje de Carles Puigdemont a Dinamarca. En apenas 24 horas ha tenido más giros de guion que muchas series de televisión en toda una temporada. Tras hacer caso omiso a las advertencias de su abogado y a las amenazas de Fiscalía y Ministerio de Interior acudiendo a la charla sobre Cataluña en Copenhague, se activó la euroorden de detención, rechazada finalmente por el juez Pablo Llarena.
Sin el temor a ser detenido, y recién nombrado candidato por Roger Torrent para ser reinvestido como presidente de la Generalitat, Puigdemont participó en la conferencia con la satisfacción del deber cumplido. Una vez allí, le tocó sufrir más de lo previsto para hacer frente a Marlene Wind, directora del Centro de Política Europea del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Copenhague y una de las mayores expertas sobre política europea de Dinamarca.
Pero esto ya lo sabemos. Lo que quizás la gente desconozca es la misteriosa clave de WiFI que apareció en la sala donde se organizó el coloquio, y que los allí presentes que quisieron conectarse a la red pudieron observar. Entrar ya no, que la conexión era privada.
Un WiFi inesperado
'FreePoliticalPrisoners' (Libertad presos políticos). Este fue el mensaje subliminal en forma de clave de WiFi que se coló en Copenhague, y del cual informó la periodista Imane Rachidi en su cuenta de Twitter.
Uno de los wifis en la sala donde se celebra el debate en #Copenhague. "Libertad a los presos políticos" pic.twitter.com/rNCVO3WCuN
— Imane Rachidi ????? (@Imanerachidi) 22 de enero de 2018
No sabemos si fue obra de Puigdemont o de alguno de sus hombres de confianza, o si simplemente lo puso un estudiante que apoya la causa o una persona con ganas de crear revuelo; pero la famosa señal WiFi fue la comidilla entre los periodistas durante la larga espera hasta que dio comienzo el debate.
Una curiosidad más de un viaje que ya ha tenido de todo. Y lo que queda.