¿Cuál es la mejor serie española hasta el momento? Responder a esta pregunta puede ser complicado para muchos, tanto porque se le vengan varias a la cabeza como porque le sea imposible elegir solo una. Sin embargo, seguro que se te viene a la mente la ya mítica 'Aquí no hay quien viva'.
Se trata de una de las series más vistas en el panorama televisivo español, justo por detrás de 'Médico de familia' y 'Farmacia de guardia'. El éxito de esta producción fue construyéndose poco a poco, llegando a obtener resultados de audiencia brillantes, con 7 millones de telespectadores y un 40% de cuota de pantalla.
Sin lugar a dudas, ha sido una de las series españolas que más huella han dejado durante los tres años de emisión que duró y, por supuesto, los años siguientes. Se emitió en Antena 3 desde 2003 hasta 2006. Sin embargo, parece que fue ayer cuando escuchábamos a Concha decirle al señor Cuesta que se fuera.
Pero, sin duda, lo que no olvidarán todos los espectadores serán tanto los personajes, como los líos que se montaban en la peculiar comunidad de vecinos de Desengaño 21, en tan solo 3 pisos con dos casas por planta, un ático y una portería donde se encontraba Emilio siempre desesperado porque le pisaban lo fregado.
Y, recordando esta serie, no podemos dejar de lado todas las frases célebres que 15 años después seguimos recordando. Aquí les dejamos una recopilación de ellas.
1 Juan Cuesta: "Juan Cuesta, presidente de esta nuestra comunidad"
Uno de los grandes protagonistas era Juan Cuesta, un profesor de primaria en un colegio privado, al que muy pocos tomaban en serio. Siempre fue el gran presidente de la comunidad que se desvivía para que todo estuviera en orden con una implicación desmedida a la causa. Sin embargo, no siempre iban bien las cosas, por no decir, que nunca sabía cómo manejar la situación entre los vecinos, que siempre le daban quebraderos de cabeza.
A pesar de todos los problemas y las locuras que vivían diariamente, Juan Cuesta, se sentía orgulloso de ser el presidente de Desengaño 21 y, por eso, siempre decía esa frase que a los seguidores acérrimos de la serie nos viene inmediatamente a la cabeza después de tantos años. Pero es que las grandes series son intemporales.
2 Concha: "¡Váyase, señor Cuesta! ¡Váyase!"
O también podría ser "¡Cállese Señor Cuesta! ¡Cállese!", y es que realmente Concha utilizaba todo lo que podía para decirle al presidente de la comunidad que dejara su puesto y dimitiera. Y sobre todo para mostrar el odio que sentía hacia él. Pero esto no iba a suceder por la implicación del profesor, porque se negaba a que fuera otra persona la que llevara las cuentas y el orden entre los vecinos.
Concha era una de las componentes de Radio Patio junto con Marisa y Vicenta. Tenía una personalidad arrolladora y nunca tenía palabras bonitas para con sus vecinos. Pero a pesar de que Concha no dejaba títere con cabeza, se robó nuestros corazoncitos, porque todos sabíamos que tenía un fondo bueno, aunque estuviera muy en el fondo.
3 Emilio: "Un poquito de por favor"
Todo el mundo conoce a Emilio, el portero de la comunidad que vivía en la misma portería junto a su padre, Mariano. En principio parecía que solo le importaba que le pisaran lo fregado, pero poco a poco su vida se fue complicando cada vez más cuando iba conociendo al vecindario.
Así fue, ni los vecinos ni su relación intermitente con Belén le dejaban que viviera la vida relajada que tanto deseaba para él. Por eso, siempre pedía "un poquito de por favor" cuando alguno le ponía de los nervios, que solía ser con asiduidad. Sin lugar a dudas, fue uno de los grandes pilares de la serie. Gracias a su nerviosismo y su facilidad para meter la pata con Belén nos regaló varios momentos que han pasado a la historia de la televisión española.
Sin embargo, hay que destacarla como anécdota, porque esta famosa frase de Emilio fue completamente una idea del actor, Fernando Tejero. Según cuentan, la primera vez que la dijo fue por error en clases cuando quería pedir silencio, quería pedir silencio, pero que 'se me lengua la traba' y al final le salió "un poquito de por favor".
4 Marisa: "¡Qué mona va esta chica siempre!"
Radio Patio estaba compuesto por las tres mujeres mayores de la comunidad. Aparte de Concha, también estaba Marisa, la hermana de Vicenta. Una mujer que estaba siempre con un cigarro en la boca y aficionada al chinchón que se reía la primera de las desgracias que le sucedían a sus vecinos.
Su humor era único, entre la ironía y el descaro. Cotilleando a todas horas se enteraba la primera de lo que estaba pasando, llegando muchas veces a chantajear a sus próximos para fastidiar un poco. Sin embargo, esto no quería decir que no tuviera palabras agradables para alguno de sus próximos. Por ejemplo para Lucía, la pija: "¡qué mona va esta chica siempre!".
5 Paloma: "¡Y punto en boca!"
Así de controladora era Paloma, casada con Juan Cuesta durante 18 años. Era ama de casa aunque realmente siempre fue la presidenta en las sombras. Se desvivía por su familia, aunque de una manera muy peculiar. Siempre estaba controlando todo lo que hacía su marido y sus dos hijos, Natalia y José Miguel, que le salieron un poco rebeldes.
Sin embargo, solo duró las dos primeras temporadas. Acabó en coma al final de la segunda temporada después de caer por el patio interior del edificio durante una discusión con Isabel. Obviamente esto fue carne de cañón para Radio Patio que siempre dijeron que Isabel la lanzó a propósito.
Mientras que Paloma estaba en coma, Juan se divorcio de ella y comenzó a salir con La Hierbas. Sí, estarás pensando que Isabel y Paloma eran como el agua y el aceite. Nada que ver en cuanto a personalidad y es que ahí estaba la clave. Desde el control absoluto, al pasotismo extremo.
6 Belén: "¡Vete un poquito a la mierda!"
La desgracia y Belén siempre fueron de la mano. Cuando parecía que todo iba viento en popa, algo se cruzaba en su camino que hacía que todo lo que iba bien fuera mal o, mejor dicho, horriblemente mal. Ella misma decía que estaba amargada por su poco éxito con los hombres y al final, supuestamente, no le quedaba más remedio que Emilio. Aunque todos, menos ella, supiéramos que realmente le quería.
También estaba sin trabajo estable y con una madre que cada vez que la visitaba le recordaba lo desafortunada que era y lo mal que le iba en la vida. Fueron numerosos los trabajos por los que la vimos pasar. Trabajó de camarera en una hamburguesería, de dependienta y de controladora de parquímetros, entre otros muchos, llegando a ser un total de 16 trabajos.
Pero, sin lugar a dudas, Belén fue uno de esos personajes con el que muchos telespectadores se sentían identificados en ciertos aspectos, porque al fin y al cabo, mostraba lo malo y lo bueno de la vida. Los fracasos y los triunfos, porque no todo va siempre viento en popa.
7 Roberto: "Vamos, no me jodas"
Novio y finalmente exnovio de Lucía, comenzaron viviendo juntos y terminaron con un sinfín de vaivenes. Dentro de la gran cantidad de muletillas y expresiones que tienen cada uno de los personajes, la de Roberto era esta y aunque no lo parezca, fue un distintivo fundamental del joven arquitecto, que terminó siendo dibujante de cómics eróticos.
Fueron muchísimas las ocasiones que le producían malestar a Roberto, que casi siempre estaba en continuo estado de preocupación, tanto por su relación, como por su trabajo. Vamos, por su vida en general. Como de costumbre, las cosas solían salirse fuera de control y terminaba su frustración con dicha frase, que también era lanzada al aire.
8 Alicia: "Que mala es la envidia"
Eras las palabras por escelencia de Alicia y es que definía a la perfección su personalidad, incluso se convirtieron en una de sus señas de identidad. Y es que mientras ella triunfaba todos a su alrededor fracasaban. O al menos esto era lo que Alicia creía y afirmaba. La actriz y modelo fue una mujer que conocía a la perfección sus puntos fuertes y débiles.
Era la antítesis de Belén, su compañera de piso durante las primeras temporadas, por lo que formaron un dúo de lo más peculiar. Su casera era Concha, te podrás imaginar las perlas que les dedicaba, perlas como "golfas".
9 La Hierbas: "Uuuuuhh, qué estrés todo, yo me voy a hacer una pipa"
Isabel, mejor conocida como La Hierbas. Como su propio apodo indica estaba metida en todo tipo de terapias y remedios naturales. Intentaba tomarse las cosas con calma, poco le importaban los problemas y cuando se le presentaban delante de sus ojos, miraba para otro lado y se fumaba una pipa que casi siempre llevaba encima o se tomaba alguno de sus medicamentos.
En Radio Patio siempre la acusaron de ser la culpable del accidente de Paloma, pero ella siempre lo negó y explicó que fue ella la que se inclinó demasiado a coger una prenda, sin interponer ningún tipo de obstáculo.
Sin lugar a dudas, lo más característico de Isabel era su tono de voz. Su forma de hablar. Debido a esto existen dos tipos de personas: los que no la soportaban y los que sí. Aunque también podrían varias entre el estrés o la relajación.
10 Vicenta: "¡Valentín!"
A donde iba Vicenta iba su perro, Valentín. Siempre de aquí para allá llamándolo y pendiente de él. Sin embargo, en algún que otro lío se metía ya que le encantaba morder los cables de la televisión. Pero no era santo de devoción de muchos, ya que Concha y Marisa lo odiaban.
Lejos de todo eso, Vicenta, siempre fue la carismática mujer mayor a la que le gustaba cocinar, preparar comida para todo el mundo y, que al fin y al cabo era un poquito, seamos sinceros y digamos demasiado despistada. Pero cuando hablamos de cotillear con Radio Patio, alguna vez destacó por soltar una idea brillante que a nadie más se le había ocurrido.
11 José Miguel: "Bueno, pero tranquilita ¿eh?"
José Miguel, más conocido como Josemi, el pequeño de la serie, era el hijo menor de Juan y Paloma. Al principio de la serie demostró ser un estudiante impecable de sobresaliente. Sin embargo, como todos los adolescentes, la pubertad te contagia de la rebeldía de la edad. Sus notas comenzaron a bajar y la irresponsabilidad empezó a aumentar.
Pero no estaba solo. Las malas influencias ayudaron a que se volviera cada vez más y más vago. Apenas tenía amigos de su edad y solo se metía en líos con el llamado 'Consejo de Sabios'. El grupo constituido por Paco, Emilio, Mariano y Roberto que se reunían en el videoclub.
12 Mariano: "Tú, ignorante de la vida"
Mariano es metrosexual y pensador. Así se describía siempre él mismo, el padre de Emilio. Pero lo que no decía es que también era un caradura y un mentiroso que las liaba todas para terminar ganando él siempre. En un principio, comenzó en la serie haciendo apariciones esporádicas, pero gracias al buen recibimiento del público acabó entrando en el reparto como uno más de la serie y se quedó a vivir con su hijo en la portería.
Él mismo afirmaba, también, que era gorrón por naturaleza y se creía todo un Don Juan que podría fácilmente conseguir a quién quisiera. Asimismo, dejó muchas perlas en nuestras memorias como cuando se creía el más sabio y conocedor de todo lo que hay en este, nuestro, mundo.
13 Mauri: "Me lo debes, yo te di mi semen"
El drama es sinónimo de Mauricio Hidalgo Torres, para los amigos y vecinos, Mauri. Se caracterizaba por ser un hombre excéntrico y defensor acérrimo de sus derechos y de sus ideales, pero sobre todo, por ser pasional y con una facilidad extraordinaria para montar dramas. Sentimental el que más y en una preocupación constante.
Sin embargo, casi ninguno de sus vecinos eran santo de su devoción. No le gustaba que le hicieran lo que él al final hacía, cotillear sobre la vida de los demás. Por otro lado, su relación con Fernando estuvo siempre llena de altibajos.
14 Paquito: "¡Qué cabrón, qué cabrón!"
Inocente y sensible. Lleno de rarezas y manías. Así era Paco, el dependiente del videoclub. Se autoproclamaba director de cine y, por supuesto, acérrimo cinéfilo. Sin embargo, el fracaso fue una epidemia que infectó hasta los que no vivían en la comunidad. Sus amigos, cuestionables como tal en algunas ocasiones que se aprovechaban de su ingenuidad, no descansaron hasta encontrarle novia y así perdiera la virginidad.
Aunque no fue uno de los personajes que destacó, todo el mundo lo conocía y, sin lugar a dudas, trascendió su manera de desesperarse tan tranquilamente y su coletilla también lo hizo.
15 Carlos: "Lucía, por favor, dame una oportunidad"
Llegaba a desesperar sí. Carlos no paraba, no desistía en pedirle a Lucía que le diera una oportunidad. A la mínima que veía crisis con Roberto, o incluso después de la ruptura, cualquier momento era una oportunidad de oro para hacerlo. Lucía cabalgaba entre los sí y los no. Por eso, esta frase, nos lleva a la memoria numerosos momentos vividos por ambos que rozan la locura, la imcomprensión y las risas constantes.