La mano derecha de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, ha abandonado la prisión de Estremera (Madrid), donde llevaba encarcelado dos años y medio en prisión preventiva.
El juez Eloy Velasco consideró que la posibilidad de destruir pruebas por parte del exvicepresidente madrileño era ya nula, y por ello le impuso una fianza de 400.000 euros.
Ahora, tras haber reunido todo el dinero necesario, el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid se encontrará en liberad provisional, pero tendrá que comparecer quincenalmente en el juzgado y no podrá abandonar España bajo ningún concepto.
Granados, que lleva en prisión desde octubre de 2014, ha presentado más de 100.000 euros en efectivo, la vivienda de su madre y la finca de una cuñada (ambas valoradas en 800.000 euros), lo que le ha permitido salir en libertad.
Sin embargo, la Justicia tiene cautela, ya que considera que Granados puede mantener aún oculto parte del dinero que sustrajo de las instituciones, así como de sus actividades delictivas.
Operación Púnica
Francisco Granados ingresó en 2014 en el marco de una macrorredada contra la corrupción, que supuso el estallido del caso Púnica y que llevó a que el exvicepresidente estuviera en prisión provisional dos años y medio, un tiempo muy superior al que suele establecer la Justicia.
Granados ingresó en la cárcel de Estremera, un centro que, paradójicamente, él mismo estrenó cuando ocupaba un cargo público.
Durante la operación también se detuvo a otras 49 personas, la mayoría de ellos alcaldes populares, y también al entonces presidente de la Diputación de León. Ahora, Granados podrá disfrutar de la libertad provisional hasta que el juez decrete una pena concreta por todos los delitos cometidos.