La Justicia francesa ha iniciado una investigación por la sospecha de un envenenamiento de la periodista rusa Marina Ovsiannikova, que se manifestó en directo en la emisión de Piervy Kanal en contra de la guerra de Ucrania. Por estos hechos, la justicia rusa ha emitido una condena de ocho años y medio, así como le ha prohibido publicar nada durante cuatro años.
Ovsiannikova vive refugiada en París. Se sintió enferma después de abrir la puerta de su vivienda, donde descubrió un polvo sospechoso, según informó la Fiscalía del Tribunal de París y la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
La Fiscalía señaló, sin citar su nombre, que "una periodista rusa que vive en París" llamó a los servicios de socorro durante la tarde del jueves "tras haberse sentido mal a la salida de su domicilio y temer un envenenamiento". En ese momento, "fue conducida al hospital" y la investigación, entonces, comenzó a desarrollarse a cargo de la Fiscalía del Tribunal de París.
El estado de salud de la periodista desde entonces ha mejorado, pero "sigue bajo vigilancia médica", explicó el secretario general de RSF, Christophe Deloire. Sobre este caso, indicó que la posibilidad de un envenenamiento se planteó "y no ha sido descartada", pero la periodista no ha declarado este tipo de ataque y ha estado acompañada en todo momento por el personal de RSF.
Oposición a la guerra
Marina Ovsiannikova se opuso a la guerra en Ucrania y se alzó de este modo como uno de los rostros más destacados en la oposición interna al régimen de Moscú, después de aparecer en una televisión con un cartel donde pedía no apoyar esta incursión militar y cuestionar los mensajes de los medios públicos.
"No a la guerra. Detengan la guerra. No creas en la propaganda. Aquí te mienten. Rusos contra la guerra", era el mensaje que se podía leer en el cartel que alzó ante las cámaras de televisión y que fue emitido en directo en el telediario.
Por estos hechos fue detenida, pero después puesta en libertad. En ese momento, un grupo delegado de Reporteros Sin Fronteras se encargó de organizar su huida de Rusia, hasta que finalmente llegó hasta París, donde permanece para evitar la represión de las autoridades del régimen.
Rusia finalmente ha condenado en ausencia a la periodista. El tribunal considera que tenía intención de "contribuir al crecimiento de la tensión social". Por estos hechos, establece una sentencia de ocho años y medio de prisión, así como le prohíbe publicar nada durante cuatro años. Considera que tenía intención de "contribuir al crecimiento de la tensión social" con sus acciones.
