Parece que Francia ha encontrado su método de preselección perfecto. Tras varios años apostando por la selección interna, el pasado mes de enero la cadena pública France 2 apostó una vez más por su 'Destination Eurovision', repitiendo la fórmula del año pasado de plantear una preselección corta en galas (apenas dos semifinales y una final), ligera para ver con un marcado toque francés.
Si bien el año pasado la victoria de Madame Monsieur y su 'Mercy', inspirado en una niña inmigrante encontrada en el Paso de Calais, fue inapelable; en esta ocasión a la pública se le ha revuelto el mecanismo de elección concluyendo todo con la victoria de Bilal Hassani.
En un mecanismo de 50% entre un amplia jurado internacional y el televoto, resulta curioso observar cómo el joven francomarroquí quedó quinto en la fase de jurado, para que después el público le diera 150 puntos y le alzase con la victoria. En una final donde propuestas más redondas como las de Seemone o Emmanuel Moire se quedaban en el camino, el 'Roi' de Hassani se convirtió en la 62º canción abanderada francesa al Festival de Eurovisión.
YouTube como mayor éxito
La victoria de Bilal Hassani se puede catalogar como la del primer YouTuber que acude a Eurovisión. Si bien la propuesta está más que pensada, y desde el círculo cercano de Hassani defienden que ha tomado clases de canto durante años, lo cierto es que Bilal partía con ventaja debido a su fandom.
Con más de 850.000 seguidores en la plataforma de vídeos, a Bilal rara vez se le ve cantar en su canal, apostando más por vídeos clásicos de personaje en la red, los que en su defensa han servido ampliamente para defender la libertad sexual, de imagen y combatir la xenofobia en una Francia virada hacia la derecha.
Precisamente esa puede ser la mayor baza de los galos en Eurovisión. Y es que 'Roi' no va a destacar por la música, algo que quedó patente en la final del Destination Eurovision. Dejando al francomarroquí apenas sin coros en la actuación, las notas altas se convirtieron en un serio quebradero de cabeza para el intérprete, y en un suplicio para el público, hechos que hacen que una propuesta bien trabajada, pegadiza y bien producida se quede en nada.
No sería ni la primera ni la última vez que unos buenos coros detrás del escenario o unos arreglos definitivos arrreglan problemas como estos, pero hasta el momento poco se espera de esto. De hecho, hace una semana escasa la delegación francesa (recientemente renovada) presentó el videoclip oficial de 'Roi', el que mantuvo la canción sin modificar ninguna nota , mostrando la versión de estudio que tan bien suena.
Un concepto algo manido en Eurovisión
Nunca es mal momento para defender la libertad sexual y más aún en un evento como Eurovisión. El festival, el que pueda ser probablemente el mayor adalid en defensa de la comunidad LGTBi en el mundo, siempre abre sus brazos a propuestas rompedoras donde en muchas ocasiones la imagen prime sobre la canción.
Sin embargo, este año en Tel Aviv, justo veinte años después de la victoria de Dana International, es inevitable reconocer ciertas reminiscencias con la imagen de Bilal Hassani. Pensar en Conchita Wurst o Dana International puede ser el mayor problema para Bilal.
Siendo un producto destinado más a la juventud, y con ello tremendamente necesario, lo cierto es que la canción defiende a "ese rey" que comenzará a vivir cuando se despierte del sueño. Sin quitarle ni un pero a la letra, el mensaje y la producción, ojalá la televisión francesa no caiga demasiado ni en lo emocional (en la Final Nacional se recurre hasta a imágenes de la infancia de Bilal) ni en lo ostentoso. Conseguir transmitir la idea con poco será el gran reto de Francia para conseguir salvar los muebles en el festival.
Una canción de Madame Monsieur
Curiosamente, si hablamos de sencillez, clase y saber transmitir un mensaje en el escenario de Eurovisión, es inevitable pensar en Madame Monsieur. Los galos, que finalmente cosecharan un flojo decimotercer puesto en Lisboa, pese a sus galas de Jean Paul Gaultier supieron retratar el drama de la inmigración de una manera sencillamente brillante.
Este año paradójicamente, los veremos en la Green Room ya que son los compositores de este 'Roi'. Repitiendo de esta forma durante dos años consecutivos en el festival, quitarse la espina de Lisboa alcanzando un top-10 seguro que será el objetivo de la pareja, aunque a día de hoy parece algo complicado.
VALORACIÓN: Falta la voz (12/25)
Una vez hemos puesto en contexto tanto a la preselección como a la canción, llega el momento de ponerle nota. Según nuestro mecanismo de valoración, Bilal Hassani recibe 12 puntos de 25 posibles, rozando el aprobado en la propuesta.
Yendo punto por punto, es hasta complicado observar como la canción sí nos parece festivalera, su imagen nos parece rompedora y el mensaje es de diez. Sin embargo, la interpretación lo echa todo a perder. Enfrentándose a una canción que en tonos altos le queda francamente grande, Bilal Hassani presumiblemente sufrirá lo que en el argot eurovisivo se conoce como un 'Car crush', aquella canción que en estudio suena genial, y en el escenario se convierte en un cuadro.
De esta manera, solo queda ver la puesta en escena y los posibles arreglos corales que hagan paliar las deficiencias vocales de Hassani, al mismo tiempo que la aceptación de uno de los que seguro será los grandes personajes de Eurovisión 2019. ¿Salvará su carisma todo lo demás?