Acompañado de sus hijos, Franceso Arcuri por fin ha vuelto a Caloforte, pequeño pueblo de la isla italiana de San Pietro. Tras un tremendo periplo personal y mediático, el genovés de 51 años ha ganado la batalla a su expareja, Juana Rivas, quien tras casi un mes desaparecida junto a sus hijos se vio obligada a entregarlos al padre, el hombre que la maltrataba.
Hace un año y tres meses que Arcuri no se reunía con sus hijos, de 11 y 3 años, desde que Juana Rivas regresó a España, donde interpuso una segunda denuncia por malos tratos que aún está en trámite. Esto fue aprovechado por Francesco para interponer una denuncia contra Juana por sustracción de menores. La falta de tramitación de la denuncia de Juana llevó a la justicia a dictar que los niños fueran devueltos al padre, lo que provocó la huída de la madre con sus hijos.
Tras el mes desaparecidos, el pasado 22 de agosto Juana reapareció para obedecer a la justica y entregar a los niños seis días después. Así, Francesco Arcuri ha podido regresar a Italia a la espera de que el caso se resuelva.
En una entrevista a El País, el exmarido de Rivas ha explicado cómo están viviendo esta situación él y sus hijos: "Al principio fue complicado, pero necesitan tiempo. Para ellos ha sido también muy duro. Después de dos horas ya me decían que me querían".
Niega el maltrato contra Juana
Una de las razones por las que el caso de Juana Rivas se ha vuelto tan mediático es por la cuestión de devolver a unos niños al hombre que maltrató a la madre. Un punto que Franceso Arcuri niega con rotundidad: "Todo es inventado". Según explica el italiano, la gente del entorno de su expareja "le debió decir que la única manera de justifica la sustracción de los hijos" era denunciar por violencia de género. "Si la hubiese maltratado tenía que denunciarme aquí, no dos meses después de llegar a España".
Yo nunca la agredí, todo es inventado
Sin embargo, sobre Arcuri pesa una sentencia firme de 2009 por maltrato contra Juana Rivas, algo que él mismo reconoció aquel entonces y que ahora niega. Según Arcuri, la razón por la que aceptó aquella condena fue para poder ver a su hijo, algo de lo que no se arrepiente: "Gracias a eso tuvimos a mi otro hijo".
Reconoce, no obstante, que "jurídicamente fue una metedura de pata (...). El día que entré en el juzgado se me ocurrió porque me dijeron que podría ver al niño de inmediato, quitar tensión".
Ofrece custodia compartida
Por el momento, Francesco Arcuri tiene la custodia de los menores, pero dice "estar preparado para ofrecer la custodia compartida, que es lo justo". Pero tiene claro que esto será Italia: "Los niños han vuelto al lugar donde viven, y la custodia compartida tiene que ser aquí".
No quiero quitarle a Juana a los hijos ni que vaya a la cárcel
"Con todo lo que he pasó en Granada, ¿cree que puedo volver ahí?", se pregunta Arcuri, definiendo el último mes y medio en la ciudad de la Alhambra como una pesadilla: "Ver el intento de hacerme pasar por lo que no soy, no podía tragar con esa injusticia. Yo era el perjudicado y la imputada era otra persona, pero parecía que era el culpable".
