Queda menos de una semana para la celebración de las elecciones del 21-D, unos comicios fundamentales para la permanencia de Cataluña en España y para el futuro del país ibérico.
Los sondeos otorgan una situación de empate entre ambos bloques y un papel de árbitro a los comunes de Xavier Domènech que ayudará a decantar la balanza entre una y otra opción. Un papel, por otro lado, especialmente incómodo entre las filas de Ada Colau.
En mitad de una situación de total incertidumbre, en Los Replicantes queremos arrojar algo de luz sobre unos comicios decisivos para Cataluña. ¿Qué opciones tiene el independentismo? ¿Qué opciones tiene el constitucionalismo?
En esta entrega analizaremos las fortalezas de los grupos independentistas y mañana nos centraremos en los partidos que abogan por la permanencia en España.
Fortalezas de los grupos independentistas
1 Capacidad de movilización
La pertenencia de Jordi Sànchez, exlíder de la ANC, a la Corporación Catalana de Radio y Televisión, ha sido fundamental para que la asociación independentista haya optado por vías de movilización especialmente efectivas.
La prueba de ello ha sido la capacidad de la Asamblea para erigirse en principal organización independentista en tan solo seis años, dejando a Òmnium, referente del catalanismo desde la década de 1970, en un segundo plano.
Algunos de sus éxitos parten del buen manejo de las redes sociales y de la gran escenificación que se evidencia en sus manifestaciones. Una prueba de ello fue la Vía Catalana hacia la independencia, una cadena humana de 400 kilómetros en la que los manifestantes portaban esteladas.
La vinculación de las movilizaciones con un trasfondo de lucha por los Derechos Humanos y Libertad; la vinculación del independentismo con una ansiada República y Revolución por parte de los más jóvenes y la apelación a la 'Revolución de las sonrisas' ha sido fundamental para que gran parte de la ciudadanía haya perdido el miedo a manifestarse y a mostrar el apoyo a la separación del resto de España.
2 Miembros independentistas en prisión
La orden de prisión para los 'Jordis' supuso todo un soplo de aire fresco tras la profunda desmovilización que se produjo tras el cénit de la crisis catalana el pasado 1 de octubre.
La decisión de la juez Lamela ayudó a crear la imagen de dos 'mártires' especialmente efectiva para aglutinar apoyos en torno a 'un Estado represor' que, según el ideario independentista, no deja que los catalanes vivan en libertad.
Mientras tanto, cabe recordar la separación de poderes y que parte de los miembros del propio Partido Popular señalados por corrupción se encuentran en prisión o investigados por la Justicia. Entre ellos, todos los concejales (a excepción de uno) en el Ayuntamiento de Valencia, o los expresidentes balear (Jaume Matas) o madrileño (Ignacio González).
Por todo ello, la acción del gobierno no puede evitar el mencionado encarcelamiento. Una situación que no agrada en Moncloa porque puede dañar seriamente la imagen de los partidos constitucionalistas de cara al 21-D.
3 Necesidad de regeneración democrática
El éxito de movimientos como el 15-M y el auge de nuevas formaciones como Podemos o Ciudadanos, ha puesto de relieve un problema que España debe afrontar: la reforma de la Constitución, de la financiación de las comunidades autónomas, del modelo territorial y del modelo político.
Los recientes escándalos de corrupción han ayudado a que gran parte de la población vincule a las instituciones con la corrupción. En esta situación, gran parte del independentismo ha considerado que la salida de España ayudará a crear un "Estado más justo, más digno", en palabras de Carme Forcadell. A pesar de la corrupción de la antigua Convergència que ahora apoya una declaración de independencia.
La prueba de todo ello se evidencia en las encuestas: el porcentaje de catalanes que sólo se sienten identificados con su comunidad autónoma es del 11%. Es decir, el mismo porcentaje que representaba en el Parlament antes del inicio del procés.
El resto de personas sienten una vinculación emocional con España en mayor o menor grado. Un alto porcentaje que se desconecta del país ibérico a cuenta de una reforma, no de un problema de identidad.
4 Vinculación con el progresismo
La vinculación de España con el pasado ha sido una constante en el argumentario independentista. Y en el extranjero, sea de paso: gran parte de los ciudadanos europeos aún creen que España se rige por una suerte de sistema en el que impera la religión católica.
Dejando de lado la constante bajada de fieles en las encuestas; los partidos constitucionalistas no han sido capaces de enarbolar un discurso en el que se destaque que España, por ejemplo, fue el tercer país del mundo en aprobar el matrimonio igualitario (por delante de Alemania o de la Francia laica).
O destacar, de paso, que España ha sido una especie de 'isla' en el ascenso de la ultraderecha que ha despreciado la inmigración y a todos aquellos ciudadanos que se han jugado la vida en el Mediterráneo para conseguir una vida mejor (no olviden el ascenso de Plataforma per Catalunya solo en Cataluña).
En este caso, falta que España aborde sus complejos y la baja autoestima que mantiene como país (somos de las pocas naciones que cuenta con mejor imagen interior que exterior, a tenor de las encuestas).
5 Desvinculación con la corrupción
En relación a la mencionada reforma de las administraciones; la lacra de la corrupción ha minado la imagen de las instituciones españolas. Hasta el punto de que el independentismo ha creado la imagen de una República impía, alejada de la corrupción y de todos los males que sufre España.
Se trata, por tanto, de apelar a los sentimientos, una vía muy efectiva y capaz de movilizar a millones de personas en masa.
6 Subvenciones a medios
A pesar de que en Cataluña hay una pluraridad de medios especialmente grande; también es cierto que las subvenciones otorgadas desde el Govern a ciertas publicaciones independentistas ha sido una constante durante los últimos años de consecución del procés.
Si quieren comprobar esta realidad, pueden dirigirse a las webs de Ara o Nació Digital. En el extremo inferior de la página, podrán visualizar el escudo de la Generalitat y el siguente lema: "Amb el suport/amb la col·laboració de la Generalitat de Catalunya. Departament de Presidencia", es decir, "Con el apoyo de la Generalitat". Si lo comprueban, pueden llegar a una conclusión: se encuentran ante una web subvencionada.
Las ayudas se han camuflado como medio de fomentar la creación de publicaciones en catalán pero, sorprendentemente, la práctica totalidad han ido destinadas a publicaciones que han seguido a 'pies juntillas' las consignas del Exgovern. Dichas subvenciones ya se han retirado a cuenta del 155: son vitales para muchas páginas web. Y no olviden la línea editorial de TV3.
Debilidades de los grupos independentistas
1 Desmovilización
A pesar de la capacidad de la ANC, la situación judicial de los miembros más destacados del procés, la falta de control de las instituciones y las decisiones de algunos de los líderes independentistas ha ayudado a que sus seguidores se mantengan en un 'tono bajo'.
En todo ello, ha sido fundamental la encarcelación de los 'Jordis' y la pérdida de capacidad de ANC y Òmnium a la hora de organizar encuentros multitudinarios que envíen un mensaje independentista contundente.
Esa pérdida de hoja de ruta y capacidad de movilización tiene otra explicación: los actuales líderes de ANC (Agustí Alcoberro) y Òmnium (Marcel Mauri) no quieren terminar en Soto del Real. Por ello, están jugando sus cartas con cautela para evitar cometer alguna ilegalidad que termine con ellos en la cárcel.
2 La situación judicial obliga a 'echar el freno'
Fruto de la anterior situación, los partidos secesionistas ya cuentan con un cambio de hoja de ruta que ponga fin al procés, al menos, de manera unilateral.
El partido que más evidencia este cambio es ERC, cuyo último programa electoral plantea la posibilidad de una negociación bilateral con el Estado que derive en la celebración de un referéndum pactado. Una postura que también comparte Carme Forcadell, uno de los miembros más movilizados del independentismo que ha pasado a un segundo plano tras acatar la Constitución ante el juez.
El único que mantiene la vía de la DUI es el expresident Carles Puigdemont, al menos en público. Puigdemont teme pasar a la historia como el "traidor" del procés, pero cuenta con fuertes diferencias con gran parte de los miembros de su propia formación política.
En el antiguo PDeCAT crecen las voces que optan por pactar un referéndum, congelar el procés para aumentar el apoyo social o, incluso, una vuelta al autonomismo que siempre caracterizó a la antigua Convergencia.
3 Salida de la UE
A pesar de que el independentismo lo negó por activa y pasiva, la Unión Europea ha sido tajante: si una parte de un estado miembro se separa, deberá de volver a solicitar el ingreso y contar con la unanimidad de apoyos de todos los países comunitarios.
Junto con el veto de España, gran parte de los países europeos no tienen intención de apoyar ni reconocer una hipotética república catalana, a cuenta de las tensiones territoriales que vivien países tan diversos como Italia, Francia, Alemania o Inglaterra.
A cuenta de ello, el expresident Puigdemont ha cambiado de discurso y ha cuestionado la permanencia en "esta Unión Europea". El problema de todo ello se encuentra en que España es uno de los países con mayor apoyo interno en cuanto a la permanencia en el Eurogrupo.
4 Fuga de empresas
La salida de empresas ha sido otro jarro de agua fría para el soberanismo. El daño que representa a las arcas de la Generalitat y la posible pérdida de capital humano que puede representar en el caso de que se consume la independencia; supone un grave problema para el desarrollo del procés.
La constatación de la salida de empresas tan importantes como La Caixa, Banco Sabadell o Aigües de Barcelona (con sede actual en Madrid); deja en entredicho a un Govern que afirmó reiteradamente que nunca se llegaría a una situación de estas características.
5 Expresident fugado
La fuga de Puigdemont, dejando a medio Govern en Madrid y en prisión, ha supuesto que parte del independentismo se considere huérfano y abandonado por la persona que ha pilotado el procés durante los últimos años.
A pesar de que ayuda a transmitir la imagen de un Estado opresor, la capacidad de movilizar a los catalanes desde Bruselas y la imagen de un mitin a través de un plasma gigante dificulta la llamada a los votantes.
6 Malas relaciones PDeCAT y ERC
Que los republicanos presionasen a Puigdemont para proclamar la DUI en vez de adelantar unas elecciones autonómicas; supuso una grieta insalvable entre Puigdemont y Junqueras.
El mítico "155 monedas de plata" de Rufián en redes sociales, supuso que la sombra de 'traición' pesase sobre Puigdemont, que aún teme pasar a la historia con una imagen negativa entre las filas separatistas.
Sin embargo, con unas relaciones muertas, parece que un necesario pacto de Gobierno entre ERC y Junts per Catalunya pueda contar con serias dificultades para prosperar con éxito.
7 Falta de apoyos
El independentismo proclamó la DUI con un 48% de votos. Si consiguió gobernar fue, precisamente, porque el sistema electoral español aplica la ley D'Hont que les otorgó una mayoría de escaños.
Los grupos nacionalistas saben que no cuentan con una mayoría superior al 50%, por ello crecen las voces que abogan por congelar el procés y ganar apoyos que puedan servir para proclamar la independencia.
Proclamar la separación con España con un apoyo inferior al 70% supone todo un riesgo. Recordemos que en Cataluña representan un 48%. Un escollo que dificulta los planes del independentismo.