El fondo británico Zegona ha adquirido la compañía telefónica Vodafone España. La firma ha cerrado un acuerdo mediante el que se hará con el control de la empresa por 5.000 millones de euros. Ambas empresas han firmado un acuerdo de licencia de marca que permitirá el uso de la marca Vodafone en España hasta 10 años después de finalizar.
El grupo pagará 4.100 millones de euros en efectivo a Vodafone, que aportará 900 millones de euros en financiación a cambio de acciones preferenciales del fondo. La estructura del acuerdo será cerrada definitivamente cuando se reciban las autorizaciones y queda sujeta a que Zegona consiga levantar más capital.
El fondo tiene previsto inyectar hasta 600 millones de euros para acometer dicha operación. Su CEO, Eamonn O'Hare, ha explicado que la operación no queda limitada a conseguir los socios necesarios para alcanzar dicha cantidad. Si la ronda de financiación supera los 400 millones de euros, uno de cada dos será destinado a reducir la financiación de Vodafone España.
Además, se espera una aprobación en "tres o cuatro meses" desde el Gobierno de España para cerrar el acuerdo durante el primer trimestre de 2024, la misma fecha en la que Orange y MásMóvil cerrarán su fusión, que dará lugar a un mercado de telecomunicaciones completamente remodelado.
El fondo de inversión que ha adquirido Vodafone desembarcó en 2016 con la compra de la empresa de telecomunicaciones asturiana Telecable. Posteriormente, se convirtió en uno de los mayores accionistas de Euskaltel antes de su venta a MásMóvil.
La firma quiere ahora intentar realizar el mismo proceso con Vodafone y, para ello, prevé la llegada de José Miguel García, que se sumará a este proyecto y que también se situó al frente de Jazztel.
Al rescate
La consejera delegada de Vodafone, Margherita Della Valle, ha expresado en un comunicado que "la venta de Vodafone España es un paso clave para dimensionar nuestra cartera para el crecimiento y nos permitirá centrar nuestros recursos en mercados con estructuras sostenibles y suficiente escala local".
La operadora de telecomunicaciones enfrenta una crisis en España que se ha extendido con el paso de los años. Los ingresos por servicios se han visto mermados durante el último ejercicio, pero también lastrados durante los últimos años ante el auge de operadores de bajo coste y una mayor competencia en el mercado.
La firma ya anunció en mayo una revisión estratégica de su negocio en España y destacó que su filial española presentaba los peores resultados a nivel internacional.