En un mundo en el que toda la información se encuentra al alcance de la mano... parece que vamos en total retroceso. La última muestra de ello nos la ha brindado la ministra de Sanidad de Fiyi, Rosy Akbar, a la que también incorporamos en nuestra ya larga lista de homófobos dispuestos a salir al armario. Hagan quinielas.
Akbar ha decidido prohibir a los homosexuales convertirse en donantes de sangre porque, considera, son un grupo de riesgo a la hora de transmitir el VIH.
Si las afirmaciones de la ministra contasen con algún tipo de validez científica, al menos tendría donde escudarse. Pero, lo peor, es que el 85% de los contagios de la isla se han producido entre personas heterosexuales, según una fuente "tan poco fiable" como la ONU.
A parte de todo ello, hay algo que debería tener en cuenta la ministra Rosy: los gays no llevan un carné que los identifique, así como por ser gay no se cometen conductas de riesgo; igual que por ser de Fiyi no tienes por qué tener la costumbre de disfrutar las tardes subiendo de cocotero en cocotero. Es más, hay muchas personas que son gays y que no se identificarían con los estereotipos impuestos; al igual que hay heterosexuales a los que muchos etiquetarían como gays si solo nos basamos en ello.
Dejando de lado esta absurda anotación, lo cierto es que la prohibición no había sido, siquiera, hecho pública. Sí, todo se había aprobado por detrás, algo que también se comprende cuando adoptas normas basadas en prejuicios a pesar de que ningún dato científico lo avale. Si el 85% de las transmisiones se producen entre heterosexuales... ¿deberíamos dejar que solo donen los homosexuales, o esto ya no tendría sentido?
Al parecer, un hombre de 20 años y en perfecto estado de salud acudió a donar sangre como acto altruista y de buena fe. Cuando llegó al centro, el joven tuvo que soportar malas miradas y que aseguraran que era promiscuo por, únicamente, ser gay. Si él admitiese que era promiscuo todavía, aunque nadie tiene derecho a juzgar tu vida sexual, pero que te encasillen por decir que eres gay, no tiene mucho sentido.
Un periodista quiso saber a qué venían este tipo de situaciones, a lo que un responsable del Ministerio dijo la última gilipollez respecto a los homosexuales: como la Organización Mundial de la Salud asegura que no son recomendables las donaciones de personas con conductas sexuales de alto riesgo y los gays son, a su juicio, "conductas sexuales de alto riesgo", mejor prohibir. Repetimos: el 85% de las transmisiones vienen de relaciones heterosexuales y el 6% de los gays, según la ONU. Suponemos que los datos científicos sobran para alguien que se dedica a cosas tan banales como gobernar a todo un país.
Bienvenidos al siglo XXI
A pesar de que nos encontramos en el siglo XXI y las cosas deberían haber evolucionado un poco, lo cierto es que la discriminación en cuanto a las trasfusiones de sangre aún sigue patente.
El país más célebre por mantener este tipo de prohibiciones es Estados Unidos, que aprobó esta medida discriminatoria en 1983 en plena crisis del sida. Tras 32 años, han aprobado cambiarla, pero con una única condición: si eres gay o bisexual debes mantenerte célibe al menos un año. Tal cual. No sabemos cómo pueden comprobar tal afirmación.
La lista de países que mantienen este tipo de normativa es larga y muchos de ellos, inesperados: Alemania, Argelia, Austria, Bélgica, China, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hong Kong, Islandia, India, Irlanda, Israel, Lituania, Malta, Noruega, Filipinas, Suiza y Turquía, tal y como señala la cadena británica BBC.
Las preguntas a las que se tienen que enfrentar antes de donar sangre son bastante ridículas: "¿Tuvo usted alguna vez sexo oral o anal con un hombre utilizando o no condón?". Esto se pregunta en Alemania. En 2017.
Mientras tanto, España se une a la lista de países que no discrimina al colectivo LGTBI en este asunto. A ella, se suman Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú, Uruguay, Bulgaria, Letonia o Tailandia.
