La Fiscalía ha pedido 2 años y medio de prisión a Luis Rubiales por el beso a Jenni Hermoso. Le acusa de un delito de agresión sexual (1 año) y otro de coacciones (1 año y 6 meses) por las supuestas presiones que se ejerció contra la futbolista y varios allegados para salir públicamente a restar importancia al beso. Además, pide dos años de libertad vigilada, una orden de alejamiento y el pago de una indemnización de 100.000 euros.
Además, solicita un año y medio de prisión para el director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, el ex entrenador de la selección femenina Jorge Vilda y para el ex responsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera, por coacciones.
La Fiscalía otorga credibilidad al relato de la futbolista, que declaró ante el juez en enero que el beso fue inesperado y nunca consentido. Además, expresó que durante las horas y días posteriores, tanto ella como su entorno sufrió un atosigamiento desde Rubiales y su círculo.
La fiscal señala que las "presiones" a las que se sometió a la jugadora crearon en ella "una situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente".
"Sin consentimiento"
Los hechos investigados ocurrieron el 20 de agosto, durante la entrega de medallas de la final del Mundial de la Selección Femenina de Fútbol, cuando repentinamente Luis Rubiales, entonces presidente de la RFEF, besó en los labios a la jugadora Jenni Hermoso.
"Sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos y, de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios", expresa el escrito de acusación de la Fiscalía.
Después, señala que los acusados "ante las consecuencias personales y profesionales" que podían experimentar, especialmente en el caso de Luis Rubiales, comenzaron a "ejercer constantes y reiterados de presión directamente sobre la jugador Jennifer Hermoso y a través de su familia y amistades", expone, para que la jugadora "justificara y aprobara el beso que contra su voluntad le dio Luis Rubiales".
La Fiscalía señala el "hostigamiento" al que se vio sometida la futbolista en este contexto, tras la victoria en el Mundial. Se extendió al vestuario, al autobús hacia el aeropuerto y en el vuelo a España, así como un viaje posterior en Ibiza.
Solo cesaron las presiones cuando finalmente Luis Rubiales fue suspendido provisionalmente por la FIFA el 26 de agosto de 2023, algo que generó en la jugadora "una situación de ansiedad e incluso estrés, que se prolongó durante varios meses después".