Todo empezó en la fiesta de la Quema del Judas de Coripe. El 21 de abril de 2019 la localidad sevillana celebró su festejo más popular y en esta ocasión el protagonista fue Carles Puigdemont. El expresidente de la Generalitat de Cataluña no se personó aquella tarde, pero su figura estuvo representada en un muñeco de trapo con su cara, al que los presentes fusilaron hasta hacerlo arder, tal y como manda la tradición.
Este año le tocó a Puigdemont, pero cada año es un personaje público el que se somete a los ataques del pueblo. En esta ocasión, la tradición no gustó a la Generalitat, que presentó una denuncia por la quema del muñeco como un ataque hacia el expresidente que consideraron delito de odio. Ahora, tres meses después, la Fiscalía Provincial de Sevilla ha decidido archivar las diligencias abiertas a raíz de esta denuncia.
Ha sido el fiscal de delitos de odio de Sevilla, Enrique Pedrós, el que ha decidido en un decreto de archivo, al que ha tenido acceso Europa Press, archivar esta causa al considerar que lo acontecido en la localidad de la Sierra Sur de Sevilla no constituye un delito de odio ni tampoco una discriminación por motivos ideológicos. El texto reza así: "No puede compartirse la afirmación contenida en la denuncia de que el contenido de la fiesta suponga una discriminación o rechazo a una ideología política ni ampara, en modo alguno, actos de incitación a la violencia contra personas o colectivos identificables por la misma".
No se considera delito de odio
La Fiscalía de Sevilla ha recordado en este mismo decreto que la fiesta de la Quema del Judas, que se celebra el domingo de resurrección en plena Semana Santa, consiste en tirotear a un muñeco de trapo y paja con algo de gasolina hasta que arda. Cada año el muñeco representa a un personaje conocido que durante ese año "haya destacado por haber realizado alguna mala acción". Al protagonista lo eligen todos los años los padres de los alumnos del colegio público del municipio en una votación secreta. Luego son los niños los que elaboran el muñeco.
La elección de Puigdemont, según el Ministerio Público, no resultó por el hecho de ser "un cargo de la comunidad autónoma de Cataluña", sino por ser "un ciudadano que se encuentra en la actualidad fugado de la Justicia española y al que le atribuyen gravísimos delitos pendientes de imputación". En este sentido, el fiscal añade que esta es una celebración declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, y que "no es costumbre, ni parte de la fiesta, el insultar al personaje que represente, sino simplemente quemar al personaje que, a su juicio, ese año, represente 'el mal', en contraposición al Cristo Resucitado que minutos antes ha recorrido el pueblo en procesión".
En la redacción del texto también se explica que "no puede compartirse la afirmación contenida en la denuncia de que el contenido de la fiesta suponga una discriminación o rechazo a una ideología política ni ampara, en modo alguno, actos de incitación a la violencia contra personas o colectivos identificables por la misma" y termina añadiendo que "como se deduce del propio contenido de las expresiones proferidas, en ningún momento se hace referencia ni a la ideología ni al lugar de procedencia del personaje, sino únicamente al personaje en sí mismo".
ATENCIÓ: El moment de l' "execució" del molt honorable president Puigdemont a Coripe (Andalusia). pic.twitter.com/1B2ckFlL14
— Miquel Strubell fill ???? (@miquelstrubell) April 21, 2019
Senzillament, hòrrid. Fàstic extrem. Intolerable. Ho denunciarem. https://t.co/1389pO78pd
— Quim Torra i Pla (@QuimTorraiPla) April 21, 2019
Parodia y ambiente lúdico
La tercera parte implicada en la polémica también se ha pronunciado al respecto. El alcalde de Coripe, Antonio Pérez, se ha mostrado "satisfecho" por la decisión tomada por el Ministerio Fiscal, ya que "no es nada agradable" ir a declarar por estos hechos. El socialista ha declarado que la tracidional festividad es una "parodia" y que por eso se realiza con ambiente "lúdico", sin ánimo de entrar en "política". Además, ha pedido disculpas "para todo aquel que se haya podido sentir ofendido".
El alcalde ha detallado en esta línea que "puede ser que desde el exterior se vea un vídeo y se entienda que se puede estar haciendo algún tipo de burla, pero desde dentro se puede constatar que sólo es una parodia y que se hace con un único ánimo festivo como se ha hecho en los últimos años cuando quemamos títeres representando a Felipe González, Iñaki Urdangarín o José María Aznar". Cabe destacar que en 2018 Pérez fue investigado por un presunto delito de odio al quemar en esta misma fiesta una muñeca que representaba a Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño Gabriel Cruz. En esta ocasión, la Fiscalía también archivó las diligencias.