La Fiscalía ha abierto una investigación contra el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, por delito de odio tras sus comentarios homófonos. El Ministerio Público incoa diligencias con el objetivo de esclarecer si sus declaraciones en una entrevista televisada constituyen delito, según ha avanzado el fiscal superior de Canarias, Luis Del Río.
El obispo manifestó durante la entrevista que la homosexualidad podría considerarse "un pecado mortal" y llegó a compararla con el alcoholismo. Sus palabras han provocado un fuerte rechazo social y varios colectivos LGTBI iniciaron una recogida de firmas para reclamar su dimisión, así como mociones institucionales para su reprobación.
El Cabildo de Tenerife ha sido la primera Administración pública en el archipiélago que se ha sumado a la iniciativa, con una moción de "condena rotunda" a sus declaraciones. Podemos, además, ha pedido que sea vetado de todos los actos institucionales
Disculpas ante las críticas
La ola de críticas que ha recibido el obispo, a las que ahora se suma la apertura de una investigación, llevaron a Bernardo Álvarez ha pedir disculpas sobre lo sucedido y asegurar que no buscaba fomentar la discriminación con sus comentarios.
En un comunicado, el obispo de Tenerife pidió perdón "a cuantos haya podido ofender con mis palabras, de manera especial a las personas LGTBI, a quienes expreso mi respeto y consideración", aseguró en el escrito remitido a los medios.
"He de reconocer que no estuve acertado al responder a algunas de las cuestiones que requieren una más detenida reflexión y explicación", señala en su escrito, al que añade: "No quise fomentar la discriminación, ni comparar la homosexualidad con el alcoholismo ni con cualquier otra realidad".
La asociación LGTBI Diversas recuerda que el obispo de Tenerife ya "justificó" en 2007 los abusos sexuales a menores de edad, indicando que "hay niños que provocan", además de afirmar que "la homosexualidad perjudica a las personas y a la sociedad".