Finlandia es el primer país que avanza hacia una renta básica universal, es decir, una paga mensual a todos los ciudadanos, trabajen o no. Los finlandeses han preparado un programa piloto de la medida, por el cual 2.000 ciudadanos recibirán 560 euros al mes durante dos años a partir de enero de 2017, informa El País.
Roope Mokka, uno de los fundadores de Demos Helsinki, primer think tank independiente de los países nórdicos, reflexionaba sobre el tema: "Para revolucionar algo tan grande, tan tradicional y tan fundamental como son las retribuciones hay que experimentar primero". De momento, la medida se llevará a cabo durante dos años y, en palabras de Mokka, "los análisis más fiables tardarán en llegar al menos seis años más".
Finlandia, sin embargo, es uno de los pocos países europeos que no tiene un salario mínimo interprofesional. En España, el presidente Mariano Rajoy quiere subirlo a 707,6 euros mensuales, la mitad del salario mínimo de los franceses. Pero en Finlandia los trabajadores no están desprotegidos, de hecho, tienen algunos de los mejores salarios de Europa.
Para que la renta básica funcione, sin embargo, es necesario que las empresas "paguen caro los trabajos", según Mokka, además de que las rentas altas estén sometidas a aún mayores cargas impositivas: "La propiedad inutilizada, bienes, deficiencia energética, edificios... hay muchas cosas a las que se le pueden aplicar más impuestos".
De esta forma, Finlandia servirá como laboratorio base para experimentar con la implantación de la renta básica universal, que en un futuro quizá sea más necesaria que opcional, teniendo en cuenta la pérdida de trabajos por la llegada de las máquinas.