Lukasz Pawel Herba, un joven polaco de 30 años, ha sido detenido en Italia por drogar, secuestrar e intentar verder a una modelo a través de internet. El acusado fingió ser fotógrafo para tener mayores facilidades a la hora de acceder a su víctima, que llegó a temer por su vida.
Tanto la víctima, Chloe Ayling, como su supuesto agresor residían en las Islas Británicas, pero Pawel decidió citarla en un estudio de Milán donde supuestamente se iba a realizar el shooting con el que inciar la colaboración entre ambos.
Cuando la mujer llegó al lugar y a la hora indicadas, descubrió que no había ningún equipo fotográfico y que la persona que la había citado no tenía ninguna intención de concederle explicaciones.
Rápidamente, él se abalanzó sobre ella, la redujo y le administró con una jeringuilla una dosis importante de ketamina, que dejó a la joven inconsciente y a la merced de su agresor.
Cuando había conseguido su objetivo, llamó a un cómplice que le ayudó a desnudar a la joven y a aprovechar para fotografiarla desnuda. Eran las imágenes con las que tenían la intención de vender a la joven en la denominada como 'internet oscura', una zona de la red que se encuentra ajena al control de las autoridades.
Después de todo ello, la amordazaron, esposaron e introdujeron en una maleta para transportala a una casa de campo escondida en medio de un bosque. Allí la sacaron y la ataron a un mueble junto al que permanecería unida durante seis días completos que, seguramente, fueron una completa eternidad para la joven.
Extorsiones
Pawel, junto a su cómplice, procedieron a contactar con el representante de la modelo y le enviaron las imágenes en las que se podía comprobar que permanecía secuestrada.
Le hicieron una oferta: si pagaban 300.000 dólares en bitcoins la dejarían libre. Si no lo hacía, la joven sería subastada como esclava sexual a través de internet y no volvería a ver a su familia.
El agente no cedió, pero hubo rápidamente un rayo de esperanza: la víctima era madre de un menor de edad. Y eso, al parecer, era sagrado para esta banda mafiosa, denominada como Muerte Negra, que no obstante no cejó en los chantajes.
La mujer fue abandonada frente al consulado británico en Milán encerrada en una maleta y con la siguiente advertencia: "Eres consciente de tu valor en el mercado de la compraventa de esclavos. Cometimos un error con tu captura. Has accedido al pago de 50.000 dólares en concepto de costes pendientes por tu liberación. Esperamos el pago de ese dinero en bitcoins en el espacio de un mes. Cualquier tipo de desobediencia resultará en tu eliminación. Has sido tratada de forma justa y con respeto y esperamos el mismo trato de vuelta".
Ahora, los investigadores están intentando comprobar si el acusado pertenecía realmente al grupo de la Muerte Negra y si disponía de los contactos necesarios para perpetrar su plan; o si simplemente iba de farol. El resto de cómplices aún no han sido identificados. El joven había planificado su ataque durante meses.
La Policía no tiene evidencias del vínculo real con la organización, pero sí de su existencia. La Europol lleva investigándoles desde hace años, pero por el momento sólo tienen constancia de que actúan en la 'internet oscura'. Si se confirma su pertenencia a la organización supondría un avance considerable.
"He pasado por una experiencia aterradora, temí por mi vida"
La víctima, Chloe Ayling, ya ha tenido la oportunidad de relatar su experiencia, y ha aclarado que en todo momento no pensó que iba a llegar a contar lo sucedido: "He pasado pro una experiencia aterradora, he temido por mi vida, segundo por segundo, minuto a minuto, hora por hora", ha asegurado a los medios.
La joven se encuentra ahora en buen estado en su casa británica: "Acabo de llegar a casa después de cuatro semanas y no he tenido tiempo de ordenar mis pensamientos. No puedo decir nada más hasta que la Policía británica me infome de ello".
La joven también ha relatado su experiencia cuando despertó tras el efecto de la Ketamina: "Cuando me desperté estaba vestida con un body rosa y los calcetines que llevo ahora. Me di cuenta de que estaba en el maletero de un coche con mis muñecas y tobillos esposados y cinta adhesiva en la boca. Estaba dentro de una bolsa y sólo podía respirar a través de un pequeño agujero", ha asegurado.
El acusado ya ha confirmado su participación en el secuestro.