El final de ETA deja atrás más de medio siglo de violencia, más de 800 muertos y unas reivindicaciones territoriales que no han llegado a buen puerto. La vía de la violencia ha fracasado y, por ello, las cenizas que aún persisten en la organización han pedido a sus acólitos que mantengan sus reivindicaciones de manera personal y por la vía que elijan a título individual.
El mundo abertzale trata ahora de recomponerse. E intenta brindar una imagen 'más simpática' a la sociedad vasca. Desde el actual segundo plano que mantiene EH-Bildu, los gestos hacia las víctimas se han sucedido tibiamente. El más destacado: la presencia de la líder del partido (Maddalen Iriarte) en el homenaje a Isaías Carrasco.
Con las reivindicaciones nacionalistas en suspenso a la espera del futuro catalán, gran parte de la sociedad vasca ha comenzado a rechazar el nacionalismo tras el final del miedo impuesto por los simpatizantes de ETA. Incluso el PNV da por muerta, al menos en público, la creación de un hipotético Estado independiente.
En mitad de un contexto vertiginoso de cambio, con la caída de los grandes partidos y el relevo de toda una generación, el nacionalismo vasco intenta resurgir imitando la vía catalana. Porque, tras el fracaso del Plan Ibarretxe, ninguna formación simpatizante con estos movimientos pensó jamás en llegar al nivel que ha conseguido el exGovern de Puigdemont.
Gure Esku Dago
Su nombre oficial no es ampliamente conocido en el resto de España, pero popularmente se podría dar a conocer como la 'ANC Vasca'. La organización independentista está copiando, literalmente, a la asociación de Jordi Sànchez, tanto en la forma como en el contenido.
Uno de los ejemplos más contundentes se ha materializado en las denominadas 'consultas soberanistas' realizadas en amplias zonas del País Vasco y Navarra. Al estilo del referéndum del 9 de noviembre de 2014 (aunque en este caso, sin el amparo del Gobierno), las organizaciones han conseguido colocar urnas con resultados 'a la búlgara' en apoyo a la independencia. Siempre con afán reivindicativo, ya que sus resultados (evidentemente) no tienen ningún tipo de carácter vinculante.
Junto a la propaganda de Gure Esku Dago, también ha surgido otra organización: Hartu Hitza Irun. Esta asociación, que nació el pasado 8 de abril del año pasado, se ha marcado el objetivo de organizar una consulta por el 'derecho a decidir' durante este año 2018. Un objetivo, a priori, imposible si se tiene en cuenta la actual postura de la lehendakaritza de Íñigo Urkullu.
Ambas organizaciones han comenzado a colaborar. Hartu Hizta Irun, como altavoz de la 'ANC vasca', que instalará este sábado 5 de mayo varias urnas en Irún para revindicar esta consulta y extender el discurso nacionalista.
La extensión a Navarra
La vía pacífica está funcionando y se ha extendido a Navarra gracias a la nueva presidenta, Utxue Barkos. La líder de Nafarroa Bai, que siempre renegó de la violencia de ETA, llegó a admitir durante su investidura lo siguiente: "Voy a ser una presidenta abertzale en una comunidad que no lo es".
Con la inédita llegada de Bildu a Pamplona y su formación simpatizante al gobierno de Navarra, las autoridades locales están comenzando a colaborar con los movimientos independentistas que reclaman el autodenominado 'Euskal Herria'.
Estos movimientos se han materializado en la extensión de manifestaciones y consultas por todo el territorio de la comunidad autónoma limítrofe con el País Vaco. La última, se ha convocado el mismo día en el que se ha desintegrado ETA, con la colocación de urnas en nueve localidades de Tierra Estella y Malerreka.
Movilizaciones exitosas
El éxito de la propaganda de ambas organizaciones, que aluden a los derechos humanos y muestran un carácter festivo y amable, comienza a ganar adeptos en una población que aún se encuentra superando las fuertes heridas que dejó la banda terrorista ETA.
Con la actual desmovilización, el nacionalismo vasco se encuentra a la espera de lo que suceda en Cataluña, aunque ya ha aprendido que la vía pacífica de desafío a la legalidad está proporcionando sus frutos.
El objetivo, por tanto, es que el PNV termine cambiando de posición, como sucedió con la antigua Convergéncia y se sume a las reivindicaciones de Bildu, un actor similar a la CUP.
El final del terrorismo político extremista surgido en los últimos años de la Guerra Fría
La continuidad de ETA era una excepción dentro del contexto europeo. Durante la década de 1970 surgieron toda una serie de grupos de extrema derecha e izquierda que se dedicaron a atacar a la población local.
Entre ellos, conocemos el IRA en Inglaterra, uno de los grupos más longevos (con la excepción de ETA). Sin embargo, prácticamente toda Europa se vio envuelta por algún grupo de estas características: el Ordine Nuovo en Italia, Action Directe en Francia o Cellules Communistes Combattantes en Bélgica.
El final de ETA representa un relevo generacional y una nueva de hacer política que se ha extendido a estos movimientos. ¿Alcanzarán sus objetivos? Esto último, quizás, plantea un futuro incierto.