Ni en la mejor película de ciencia ficción podrían haber imagiado todo lo que está pasando este 2020. Desde la pandemia del coronavirus a una plaga de avispas asesinas o ver a VOX intentando ir de defensor del colectivo LGTBI pasando por la conversación entre Pedro Sánchez y Miley Cyrus a través de Twitter. ¿Qué más puede pasar?
Aunque parezca que no, la cosa puede ir a peor y que el final de esta película llamada 2020 concluya con el fin del mundo. Así pues, ninguno podríamos ver los créditos finales, que seguro que también traen alguna sorpresa.
Una teoría conspiranoica apuntaa a que el fin del mundo llegaría el próximo 21 de junio. Ya mismo, vaya. Para afirmar esto se basa en el hecho de que al introducir el calendario gregoriano en 1582, se perdieron once días del año para poder reflejar mejor el tiempo que tarda la Tierra en orbitar el Sol.
Aunque once días no parezcan gran cosa, los que definenden esta tesis señalan que si se sumasen deberíamos estar en el año 2012 y no 2020. ¿Y recordáis lo que pasaba en el año 2012 según el calendario maya? Exacto, el apocalipsis, el fin del mundo.
La explicación
Paolo Tagaloguin es el científico que ha difundido esta teoría a través de las redes sociales explicando que "el número de días perdidos en un año debido al cambio en el calendario equivale a ocho años". Por tanto, el 21 de junio de 2020 debería corresponderse con el 21 de diciembre de 2012, día en el que se acaba el mundo según las teorías mayas.
"Esta teoría empezó con afirmaciones de que Nibiru, un supuesto planeta descubierto por los sumerios, se dirige hacia la Tierra", infoma la NASA. "Esta catástrofe se pronosticó inicialmente para mayo de 2003, pero cuando no sucedió nada, la fecha del fin del mundo se adelantó a diciembre de 2012 y se vinculó con el final de uno de los ciclos en el antiguo calendario maya en el solsticio de invierno en 2012, de ahí que la fecha pronosticada del fin del mundo sea el 21 de diciembre de 2012", explica, según recoge Mirror.
Pero cuando también sobrevivimos al 21 de diciembre de 2021, los teóricos estudieron en qué podría haber salido mal, por lo que dieron con la tesis de los once días de diferencia. No obstante, la NASA reconoce que "no hay evidencia creíble que respalde esas teorías".