Akihiko Kondo es un ciudadano japonés que se hizo conocido en su país en 2018 cuando contrajo matrimonio con Hatsune Miku. Pero ¿qué hay de extraño en que una persona se case te preguntarás? Pues nada más y nada menos que su esposa es un personaje virtual, un holograma. Y es que Kondo se define como una persona de orientación fictosexual.
Según Tanja Välisalo, investigadora de la Universidad de Jyväskylä, Finlandia, "La fictosexualidad es una atracción sexual hacia los personajes de ficción, como personaje de libro, cómic, televisión, cine, juegos, etc".
¿Quién es ella? Se trata de Hatsune Miku, una cantante pop sintetizada por ordenador de cabello turquesa que ha estado de gira con Lady Gaga y ha protagonizado videojuegos. Para Kondo ha sido algo más ya que ha sido la encargada de sacarlo de una depresión. Así que después de una década de relación, se casaron en una pequeña ceremonia de boda no oficial en Tokio en 2018. Miku, en forma de muñeco de peluche, vestía de blanco y él llevaba un esmoquin a juego.
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Una tendencia al alza
En una entrevista a la BBC, Kondo comentaba que "Había dos razones para hacer pública mi boda. La primera era para demostrar mi amor por Miku. La segunda es porque hay muchos jóvenes otakus como yo, que se han enamorado de personajes de anime. Quería enseñar al mundo mi apoyo para todos ellos".
Y es que, como contaba Kondo, esta tendencia cada vez está mas en auge. En mayo de 2021, SDP publicaba una reseña en la que detallaba que más de 3.500 personas habían solicitado casarse con personajes ficticios en Japón en 2018.
Para algunos, las relaciones son solo para divertirse. Pero otros ven en ellas una salida a las rígidas expectativas de la vida familiar japonesa. En Japón, además, ya hay toda una industria en torno a compartir experiencias con tu "oshi", término ampliamente utilizado por los fans japoneses para describir los objetos de su afecto.
"Para el público en general, parece una tontería gastar dinero, tiempo y energía en alguien que ni siquiera está vivo. Pero para los amantes de los personajes, esta práctica se considera esencial. Los hace sentir vivos, felices, útiles y parte de un movimiento con metas más altas en la vida", explica Agnès Giard, investigadora de la Universidad de París Nanterre, que ha estudiado los matrimonios ficticios.
Muchos de ellos se ven como parte de un movimiento creciente de personas que se identifican como fictosexuales.