El pequeño Jack Young, natural de Winscombe en el Reino Unido, comenzó a reírse apenas dos semanas después de nacer. Sus padres, Gemma y Ed, no le dieron importancia: simplemente pensaron que era un bebé inusualmente risueño. Sin embargo, sus sonrisas ocultaban un problema de salud grave.
Las incesantes sonrisas del pequeño eran en realidad episodios de 'ataques', causados precisamente por un tumor cerebral. Los padres no sabían por qué su hijo emitían carcajadas de manera tan prolongada: "No había descanso, el sonido de la risa fue constante y durante mucho tiempo no teníamos ni idea de por qué", explica su progenitora, Gemma de 32 años a The Sun. "Para ser honesta, pensábamos que estaba feliz todo el tiempo".
Afecta a un de cada mil niños con epilepsia
Tras ser sometido a diversos exámenes médicos, finalmente se llegó a la conclusión de que los 'ataques de risa' que sufría el bebé eran provocados por un hamartoma en el hipotálamo, un tipo de tumor cerebral benigno.
De acuerdo a los doctores, consultados por The Sun, este tipo de afección surge aproximadamente en uno de cada mil niños que sufren epilepsia, debido a que el cuerpo libera estñimulos de energía, las cuales son liberadas a través del llanto o de la risa.
Tras los dos primeros años de su vida sufriendo estos arranques, que se desencadenaban en cualquier momento del día, el pequeño Jack ha sido sometido a una larga operación de diez horas para evitar el crecimiento del tumor. Finalmente los ataques han cesado y el menor está libre de tumores.