Ya conocemos de forma pormenorizada el expediente de la mayoría de políticos españoles tras el escándalo del máster de Cristina Cifuentes. Solo nos queda conocer todo lo relativo a los estudios del Jefe de Estado, Felipe VI. Él también se ha visto favorecido por su situación, especialmente en el ámbito militar, donde fue nombrado teniente de los tres ejércitos con apenas cuatro años de formación, cuando lo mínimo es tardar quince en conseguir dicha diferenciación.
Mucho antes, el príncipe Felipe estudió en el colegio Santa María de los Rosales desde preescolar hasta secundaria. Como curiosidad, es el mismo centro en el que estudian Sofía y Leonor, y actualmente la plaza alcanza los 7.000 euros anuales. Al terminar los estudios obligatorios, los reyes enviaron a Felipe a Ontario (Canadá), a hacer una especie de Bachillerato de un solo año, que costó millón y medio de las antiguas pesetas.
Más allá de alto nivel adquisitivo de los lugares educativos en los que se formó, parece que su trato en ambos centros fue similar al de cualquier otro alumno. Al terminar su año en Canadá, aplazó su paso a la universidad y se centró en la carrera militar. Ahí sí recibió un trato favorable por ser el heredero de la Corona, como se demuestra en varias fases de su formación.
Una carrera breve y llena de distinciones
El 1 de agosto de 1985, el Boletín Oficial del Estado oficializa el nombramiento del príncipe Felipe como caballero cadete. Acababa de entrar en la 44ª promoción de la Academia de Zaragoza, promoción que había comenzado su carrera militar año y medio antes.
En 1986, Felipe ya había ascendido a caballero alférez cadete en la mitad de tiempo que el resto de sus compañeros. A su vez, recibe la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, destinada generalmente a grandes militares que hayan protagonizado alguna misión importante.
Conseguida esta distinción, el príncipe heredero ingresó en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra). En un año, pasó de caballero guardiamarina a alférez de fragata. Lo habitual son dos. También recibió otra Gran Cruz para la colección, en este caso la del Mérito Naval.
Finalizado su estudio terrestre y marino, tocaba el áereo. Para su formación en este ámbito, permaneció menos de doce meses (de septiembre de 1987 a julio de 1988) en la Academia General del Aire de San Javier, en Murcia. Aquí directamente entró como alférez alumno, un cargo para el que se necesitan tres años de formación. Su corta estancia le valió para obtener la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico.
En 1989, concluyó su escalada en el rango militar al ser nombrado teniente de Infantería, alférez de navío y teniente de Aviación. En cuatro años, como su padre, había logrado lo que debería costar al menos quince. No obstante, la Ley de Carrera Militar de 2007 certifica que el monarca recibe por ende "el empleo militar de capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, máximo rango militar que le corresponde en exclusiva como mando supremo de las Fuerzas Armadas". Es decir, que no hubiera sido necesaria ni la formación.
Tras su triunfal paso por las academias militares, el príncipe finalmente ingresó en la Universidad Autónoma de Madrid en la carrera de Derecho. Los 90 serían una década de estudios universitarios y de posgrado para el heredero.
